El Renacimiento Italiano
Un referente constante en la vida de Xavier Marcet, incluso en el ámbito profesional. De esto último se ha dado cuenta con el paso del tiempo, cuando ha hecho su particular connecting the dots… esa mirada retrospectiva con la que -según explicó Steve Jobs, en su célebre discurso en Stanford- una trayectoria cobra todo el sentido.
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La familia del emperador Darío arrodillado ante Alejandro Magno, Paolo Veronese
Un timeline entre Historia y el futuro más innovador
En el caso de Marcet, este recorrido es un timeline donde el cursor se desliza constantemente entre la Historia y el futuro más innovador. Porque su formación humanística, que en algún momento incluso llegó a parecerle como un principio errático, ha acabado siendo un valor añadido, una fortaleza y una forma muy particular de concebir el mundo de la empresa.
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Leda y el Cisne, Antonio Allegri da Correggio.
Una mirada cultivada
Durante sus jóvenes giros por Italia en una búsqueda itinerante de Arte, Xavier Marcet se formó un imaginario propio que ha acabado permeabilizando en la forma de ejercer su vocación de empresario y de consultor empresarial. Una mirada cultivada y una manera conceptual de entender las empresas que va más allá de que el Renacimiento siga siendo la época de mayor concentración de talento, creatividad, transformación y, salvando las distancias, I+D.
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Seis poetas toscanos, Giorgio Vasari.
Humanizar el management
Marcet lo vincula también con la principal corriente ideológica del Renacimiento, el Humanismo, que coloca al hombre en el centro y como medida fundamental de todas las cosas. Y también con la capacidad de los artistas renacentistas para representar toda una cosmología en un solo cuadro. Ahora, además, lo extrapola al mundo empresarial para sintetizar la cultura de una empresa y convertirla en human centric, contribuyendo así a la misión de humanizar el management.
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Joven desnuda al espejo, Giovanni Bellini.