







Analizar, escuchar, pensar, escribir…
Marcet llegó a la consultoría desde el más puro convencimiento. No como un paso lógico o consecuencia de una trayectoria, sino por la motivación de conocer a organizaciones y a su gente, poder analizarlas, observarlas, escucharlas, pensarlas y escribirlas. También por la voluntad de participar en diferentes proyectos, que en una primera etapa estuvieron más vinculados a la administración pública y desde 2007, al mundo de la empresa.
Mirada poliédrica
Con ello su mirada ha sido cada vez más poliédrica y su visión, más nítida. Todo lo que ha aprendido trabajando con sus clientes y por cuenta propia, sumado a una gran autoexigencia por aportar valor más allá de la obviedad, de la síntesis o del relato puramente descriptivo, definen el estilo del Marcet consultor. Para ello ha contado siempre con un equipo de su confianza, cohesionado y con el que comparte esta manera de trabajar artesana, que invierte tiempo, dedicación y gusto por el detalle en cada proyecto.
Bagaje, exploración y perspectiva
Con los años, Marcet ha hallado la fórmula de su quehacer profesional en una suma de bagaje, exploración y perspectiva, también la que le ha aportado algún fracaso en primera persona y que superó con humildad, resiliencia y capacidad de adaptación. Disfruta intentando que su experiencia esté alineada con el propósito y la misión. Y vive su profesión con la satisfacción personal de aportar conocimiento y oportunidades de mejora, transformación e innovación, a diferentes proyectos y culturas empresariales.
Inspirar a otros
Entre sus mejores retornos está comprobar cómo las empresas u organizaciones recorren un camino evolutivo que sin su aportación no hubieran emprendido. También inspirar y hacer que alguien con una habilidad, carácter o capacidad de hacer que las cosas pasen, haga un salto o descubra un tipo de oportunidades concebidas de forma conjunta.