Una versión anterior de este post se publicó en www.sintetia.com)
Que nadie busque en mí uno de
esos tipos que creen que todos los políticos son iguales y que los que se dedican
a la política solo están para robar. Si piensan eso pueden ahorrarse leer este
articulo. En la política hay de todo, y hay de todo en todos los partidos,
gente honestísima y gente deleznable, igual que fuera de la política. Como
sociedad tenemos un problema serio cuando el sistema político ahuyenta el
talento. Qué necesidad tiene la gente de talento de meterse en política, ser
considerado poco menos que un pre-corrupto, cobrar mucho menos que lo que
cobrarían en el mundo privado y tener una agenda vendida al diablo ? Está claro
que a nadie lo fuerzan a dedicarse a la política, pero debería hacernos
reflexionar el perfil de gente que se dedica a la política por vocación. No
creo que la política convoque hoy a más gente de talento que hace veinte años.
Y hablo por España y por Estados Unidos y por Chile y por muchos países que
conozco. Sin embargo, las sociedades democráticas fiamos nuestro futuro a la
calidad de esta clase política.
esos tipos que creen que todos los políticos son iguales y que los que se dedican
a la política solo están para robar. Si piensan eso pueden ahorrarse leer este
articulo. En la política hay de todo, y hay de todo en todos los partidos,
gente honestísima y gente deleznable, igual que fuera de la política. Como
sociedad tenemos un problema serio cuando el sistema político ahuyenta el
talento. Qué necesidad tiene la gente de talento de meterse en política, ser
considerado poco menos que un pre-corrupto, cobrar mucho menos que lo que
cobrarían en el mundo privado y tener una agenda vendida al diablo ? Está claro
que a nadie lo fuerzan a dedicarse a la política, pero debería hacernos
reflexionar el perfil de gente que se dedica a la política por vocación. No
creo que la política convoque hoy a más gente de talento que hace veinte años.
Y hablo por España y por Estados Unidos y por Chile y por muchos países que
conozco. Sin embargo, las sociedades democráticas fiamos nuestro futuro a la
calidad de esta clase política.
El negocio del futuro ha cambiado.
Es menos previsible, supone la capacidad de comprender una mayor complejidad.
Los cambios se suceden a ritmo de vértigo. AirBnB que ha volteado no solamente
el mapa turístico de Barcelona si no todo el panorama de su vivienda de
alquiler, hace cinco años era una start up incipiente. Igualmente pasa con
Uber. En este entorno la sensación es que la capacidad de aprender y
desaprender de la clase política es algo que ni se plantea. Como si los
políticos estuviesen tocados por una varita mágica que actualizara sus
conocimientos. Los políticos aprenden más por intuición y simpatía (en el
sentido de los filósofos griegos) que por concentración. Y si bien no podemos
exigir que todos los políticos sean doctores por el MIT tampoco podemos
permitirnos una clase política muy desinformada sobre los cambios tecnológicos
que ya han llegado. Estamos ante un nuevo paradigma ( IoT, Big Data,
Inteligencia Artificial, Robótica, Impresión 3D, Realidad Virtual, Blockchain,
Biología sintética, Bioingeniería, Nuevos materiales, Nanotecnología) que va a
cambiar todo otra vez. Sin exagerar, cambiará todo, igual que Internet lo
cambió todo desde los noventa. No hay que ser ciberpapanatatas ni creer que todo
lo que la tecnología permita, sucederá. Pero no hay que ser miope, cambiará
otra vez todo. Y en esta discontinuidad
radical que se nos avecina habrá enormes oportunidades y serias amenazas para
nuestras sociedades. Y en este contexto de cambio, los relatos políticos parece que ni están ni
se les espera.
Es menos previsible, supone la capacidad de comprender una mayor complejidad.
Los cambios se suceden a ritmo de vértigo. AirBnB que ha volteado no solamente
el mapa turístico de Barcelona si no todo el panorama de su vivienda de
alquiler, hace cinco años era una start up incipiente. Igualmente pasa con
Uber. En este entorno la sensación es que la capacidad de aprender y
desaprender de la clase política es algo que ni se plantea. Como si los
políticos estuviesen tocados por una varita mágica que actualizara sus
conocimientos. Los políticos aprenden más por intuición y simpatía (en el
sentido de los filósofos griegos) que por concentración. Y si bien no podemos
exigir que todos los políticos sean doctores por el MIT tampoco podemos
permitirnos una clase política muy desinformada sobre los cambios tecnológicos
que ya han llegado. Estamos ante un nuevo paradigma ( IoT, Big Data,
Inteligencia Artificial, Robótica, Impresión 3D, Realidad Virtual, Blockchain,
Biología sintética, Bioingeniería, Nuevos materiales, Nanotecnología) que va a
cambiar todo otra vez. Sin exagerar, cambiará todo, igual que Internet lo
cambió todo desde los noventa. No hay que ser ciberpapanatatas ni creer que todo
lo que la tecnología permita, sucederá. Pero no hay que ser miope, cambiará
otra vez todo. Y en esta discontinuidad
radical que se nos avecina habrá enormes oportunidades y serias amenazas para
nuestras sociedades. Y en este contexto de cambio, los relatos políticos parece que ni están ni
se les espera.
No escucho a nuestros políticos
hablar de cómo afrontaremos la era de longevidad que se nos abre delante. En
cambio escucho hablar de las pensiones cómo si la gente no fuera a vivir muchos
más años. No escucho nada sobre cómo afrontar el reto de las grandes pandemias
neurodegenerativas que sucederán porqué sabemos parchear mucho mejor el cuerpo
que la mente. No veo políticas urbanísticas que contemplen ciudades con grandes
porcentajes de gente muy mayor viviendo sola.
hablar de cómo afrontaremos la era de longevidad que se nos abre delante. En
cambio escucho hablar de las pensiones cómo si la gente no fuera a vivir muchos
más años. No escucho nada sobre cómo afrontar el reto de las grandes pandemias
neurodegenerativas que sucederán porqué sabemos parchear mucho mejor el cuerpo
que la mente. No veo políticas urbanísticas que contemplen ciudades con grandes
porcentajes de gente muy mayor viviendo sola.
Escucho muy poco a políticos (
podemos incluir también a los sindicatos) hablar sobre la transformación
absoluta del mundo del trabajo. Y no solamente por el impacto de la robótica si
no porqué las empresas deberán ser mucho más flexibles si realmente ponen a los
clientes en el centro de su tablero corporativo. Las empresas será más planas,
con estructuras más liquidas, serán más adhocráticas que burocráticas. El
debate sobre la renta universal es todavía muy incipiente. A mí, me parece una
mala solución, pero peor es no pensar en nada. El trabajo es un factor
vertebrador de la sociedad, es para tomarse mucho más en serio su
transformación.
podemos incluir también a los sindicatos) hablar sobre la transformación
absoluta del mundo del trabajo. Y no solamente por el impacto de la robótica si
no porqué las empresas deberán ser mucho más flexibles si realmente ponen a los
clientes en el centro de su tablero corporativo. Las empresas será más planas,
con estructuras más liquidas, serán más adhocráticas que burocráticas. El
debate sobre la renta universal es todavía muy incipiente. A mí, me parece una
mala solución, pero peor es no pensar en nada. El trabajo es un factor
vertebrador de la sociedad, es para tomarse mucho más en serio su
transformación.
No escucho a los políticos
pensar seriamente sobre todo el enorme potencial de la inteligencia artificial
y el Big Data aplicados a la creación de valor público. La necesidad de
transformar la administración para tomar las decisiones y realizar las
operaciones de otro modo es evidente. Se podrán desplegar políticas públicas
con capacidad de personalizar muchos servicios para todo el mundo, pero éstas y
otras oportunidades, conllevarán otro
tipo de administración. Por descontado el paradigma actual de funcionariado
está a las antípodas de la flexibilidad y permanente aprendizaje que necesitaremos
en la administración. Lo insólito es que si la administración no asume su
necesidad de cambiar, igual descubrimos que si el Blockchain confirma como
tecnología las maneras que apunta, igual no necesitamos a la administración
para algunas de sus cosas. Ningún político se atreve a afirmar que el modelo de
administración del siglo XX no servirá en el siglo XXI, lo cual es de una
evidencia meridiana.
pensar seriamente sobre todo el enorme potencial de la inteligencia artificial
y el Big Data aplicados a la creación de valor público. La necesidad de
transformar la administración para tomar las decisiones y realizar las
operaciones de otro modo es evidente. Se podrán desplegar políticas públicas
con capacidad de personalizar muchos servicios para todo el mundo, pero éstas y
otras oportunidades, conllevarán otro
tipo de administración. Por descontado el paradigma actual de funcionariado
está a las antípodas de la flexibilidad y permanente aprendizaje que necesitaremos
en la administración. Lo insólito es que si la administración no asume su
necesidad de cambiar, igual descubrimos que si el Blockchain confirma como
tecnología las maneras que apunta, igual no necesitamos a la administración
para algunas de sus cosas. Ningún político se atreve a afirmar que el modelo de
administración del siglo XX no servirá en el siglo XXI, lo cual es de una
evidencia meridiana.
No escucho hablar seriamente de
cómo mantendremos servicios universales básicos, como la salud que cambiará muy
sustancialmente para mejor, pero que será mucho más cara (al menos al principio
de las nuevas oleadas de grandes soluciones).
A un sistema de salud que ha desbordado todas sus costuras, ¿cómo le
vamos a incorporar la medicina genética o el apoyo del diagnóstico desde el Big
Data si todavía no hemos sido capaces de desplegar la historia clínica
compartida? Se necesitan muchos recursos para sostener la salud que viene. Y
estos recursos no caen del cielo ni se crean por decreto ley, solamente los
disponen la sociedades que saben crear riqueza. Igual que hablamos de salud
podríamos hablar de la educación y de sus cambios.
cómo mantendremos servicios universales básicos, como la salud que cambiará muy
sustancialmente para mejor, pero que será mucho más cara (al menos al principio
de las nuevas oleadas de grandes soluciones).
A un sistema de salud que ha desbordado todas sus costuras, ¿cómo le
vamos a incorporar la medicina genética o el apoyo del diagnóstico desde el Big
Data si todavía no hemos sido capaces de desplegar la historia clínica
compartida? Se necesitan muchos recursos para sostener la salud que viene. Y
estos recursos no caen del cielo ni se crean por decreto ley, solamente los
disponen la sociedades que saben crear riqueza. Igual que hablamos de salud
podríamos hablar de la educación y de sus cambios.
No veo a los políticos dar la
importancia vital que tendrá la Ciberseguridad como la gran infraestructura del
futuro, como una externalidad imprescindible. No les veo ni reaccionar a las
alarmas muy serias que ya tenemos sobre nuestra privacidad personal y sobre la
seguridad de las instituciones y corporaciones. Los efectivos que como sociedad
dedicamos a estos menesteres nos sonrojarán en muy pocos años.
importancia vital que tendrá la Ciberseguridad como la gran infraestructura del
futuro, como una externalidad imprescindible. No les veo ni reaccionar a las
alarmas muy serias que ya tenemos sobre nuestra privacidad personal y sobre la
seguridad de las instituciones y corporaciones. Los efectivos que como sociedad
dedicamos a estos menesteres nos sonrojarán en muy pocos años.
Veo a muchos políticos hablar
mucho de innovación imaginando que van a crear un Silicon Valley en cada
esquina. Pero son incapaces de conseguir que las administraciones bajo su
responsabilidad innoven o se transformen digitalmente. Para que esto sucediera
deberían por empezar a cambiar ellos mismos y la clase directiva que a menudo
instalan en las administraciones que controlan. Los políticos, por lo general,
predican una innovación que son incapaces de aplicarse.
mucho de innovación imaginando que van a crear un Silicon Valley en cada
esquina. Pero son incapaces de conseguir que las administraciones bajo su
responsabilidad innoven o se transformen digitalmente. Para que esto sucediera
deberían por empezar a cambiar ellos mismos y la clase directiva que a menudo
instalan en las administraciones que controlan. Los políticos, por lo general,
predican una innovación que son incapaces de aplicarse.
Y cómo estos, muchos más temas.
Como ciudadanos, más que demonizar sin matices a la clase política, lo que
debemos exigir es que incorporen estos temas 4.0 en la agenda estratégica de
nuestras sociedades de un modo prioritario. Deberíamos también pensar en estas
cosas a la hora de votar y reflexionar si estamos aupando gente con capacidad
de enfrentar la complejidad que se nos viene. Por su parte, los políticos creo
que ganarían legitimidad si admitieran humildemente su poca capacitación y baja
orientación a estos temas. Un gran paso a favor de la clase política es que
admitieran que para ejercer este oficio ahora hay que aprender y desaprender de
otro modo y con otro tempo. Ni más ni menos, lo mismo que nos pasará a todos
con nuestros trabajos.
Como ciudadanos, más que demonizar sin matices a la clase política, lo que
debemos exigir es que incorporen estos temas 4.0 en la agenda estratégica de
nuestras sociedades de un modo prioritario. Deberíamos también pensar en estas
cosas a la hora de votar y reflexionar si estamos aupando gente con capacidad
de enfrentar la complejidad que se nos viene. Por su parte, los políticos creo
que ganarían legitimidad si admitieran humildemente su poca capacitación y baja
orientación a estos temas. Un gran paso a favor de la clase política es que
admitieran que para ejercer este oficio ahora hay que aprender y desaprender de
otro modo y con otro tempo. Ni más ni menos, lo mismo que nos pasará a todos
con nuestros trabajos.
Quizás porqué tengo una vida
profesional muy nómada, hace años que perdí todo el interés por la política del
día a día, la del rifirrafe de los partidos. La erística política me interesa
poco, pero por deformación profesional, me interesa mucho la estrategia y la innovación. Y aquí es
dónde veo carencias desmesuradas. Por ello, más que ridiculizar y quedarnos a
gusto con la clase política, deberíamos pensar qué hacer para mejorar las
capacidades de la clase política en estos menesteres. Hablar de alfabetización
me suena a falta de respeto, hablemos de aprendizaje sistemático. Deberíamos
potenciar a aquellos políticos con capacidad de estudiar y aprender
sistemáticamente y deberíamos denostar a los populistas sabelotodo . La
cuestión es no continuar con esa sensación de desamparo respecto del futuro. No
podemos encarar el futuro con gente que se enmaraña constantemente con el pasado. No podemos pensar el futuro
con gente que usa esquemas que perdieron hace años su contexto. Es urgente
atraer talento a la política ( quizás deberíamos repensar unas cuantas cosas al
respecto) y es urgente facilitar que la clase política incorpore los temas
básicos que plantea el nuevo paradigma 4.0 a la lista corta de sus agendas. Nos
guste o no, sus agendas nos afectan inexorablemente.
profesional muy nómada, hace años que perdí todo el interés por la política del
día a día, la del rifirrafe de los partidos. La erística política me interesa
poco, pero por deformación profesional, me interesa mucho la estrategia y la innovación. Y aquí es
dónde veo carencias desmesuradas. Por ello, más que ridiculizar y quedarnos a
gusto con la clase política, deberíamos pensar qué hacer para mejorar las
capacidades de la clase política en estos menesteres. Hablar de alfabetización
me suena a falta de respeto, hablemos de aprendizaje sistemático. Deberíamos
potenciar a aquellos políticos con capacidad de estudiar y aprender
sistemáticamente y deberíamos denostar a los populistas sabelotodo . La
cuestión es no continuar con esa sensación de desamparo respecto del futuro. No
podemos encarar el futuro con gente que se enmaraña constantemente con el pasado. No podemos pensar el futuro
con gente que usa esquemas que perdieron hace años su contexto. Es urgente
atraer talento a la política ( quizás deberíamos repensar unas cuantas cosas al
respecto) y es urgente facilitar que la clase política incorpore los temas
básicos que plantea el nuevo paradigma 4.0 a la lista corta de sus agendas. Nos
guste o no, sus agendas nos afectan inexorablemente.
( La imagen pertenece a una obra de Andrea del Castagno)