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La autenticidad como competencia diferencial de las organizaciones

17/07/2016



La autenticidad es una core
competence diferencial de la empresa. 
En  un mundo dónde la
transparencia se desplegará más allá de los límites de lo razonable y en el que
todo se va a “tripadvisorizar”,   la
autenticidad será un atributo diferencial. 
Las organizaciones auténticas serán aquellas en las que las cosas
tienden a ser verdad. En cambio aquellas organizaciones dónde las propuestas de
valor y las convicciones sean a medias no podrán esquivar la mediocridad.
El management que viene requiere
liderazgos y culturas consistentes. Líderes en los que el gap entre lo que
dicen y lo que hacen no sea divergente. Culturas en las que los hábitos
naturales tengan que ver con el propósito de las organizaciones dónde habitan.
Las organizaciones de la apariencia y la indolencia serán menos competitivas.
Será cada vez más fácil detectar la no calidad o las incoherencias de las
propuestas a los clientes. Las paredes de las empresas ya son de cristal y lo
que las hace transparentes son la gente que está dentro, mucho más que la gente
de fuera. Los grandes escándalos que sabemos de las organizaciones salen a luz
por gente de dentro que harta de inconsistencias cotidianas o presos de la sed
de la venganza van y sueltan todos los archivos habidos y por haber.
El talento, esa gente que da
resultados por encima de la media y a quienes le interesa sobretodo no parar de
aprender, buscará organizaciones auténticas, con propósitos ambiciosos pero
lejos de cualquier arrogancia directiva. Necesitamos empresas con talento y con
compromiso. Que sepan generar talento y atraer talento. Los cambios acelerados
de los mercados, de las tecnologías y de los hábitos sociales y de consumo
hacen que la necesidad de adaptarse rápido devenga un imperativo. La adaptación
la haremos con personas, sin ellas, las estrategias son commodities. Para que
estas personas puedan dar lo mejor de sí requieren entornos de autenticidad.
Espacios dónde la gente que viene motivada no encuentre escenarios de
desmotivación. Empresas dónde el compromiso de las personas se vea compensado
con una ecuación equilibrada de stakeholders ( clientes – empleados –
accionistas – sociedad).  Empresas en las
que las cosas tiendan a ser verdad y no solamente a parecerlo.
La autenticidad, como la
reputación, no se improvisa. Tiene más que ver con la trayectoria que con la
efervescencia. En las empresas auténticas los valores se perciben, se viven, se
despliegan con naturalidad. Los valores en las empresas auténticas son algo más
que una slide de presentación y que un póster en el pasillo.  Simplemente se respetan a los clientes porqué
el respeto es la forma de relación habitual entre los empleados
independientemente de la posición. Se potencia el talento porqué no se sabe fichar
gente que no sea mejor. Se achatan las jerarquías porqué sólo conllevan
burocracias y lentitudes.  Se cumplen las
condiciones de protección del entorno natural porqué ya nadie serio quiere
trabajar en empresas que contaminan. Y así con todos los valores y toda la
cadena de honestidades que forman una comunidad que valga la pena.
Durante estos más de diez años
trabajando como consultor de innovación he podido comprobar que el fracaso de
la innovación en muchas empresas establecidas tiene mucho que ver con la
autenticidad. Se quiere innovar pero no se quiere arriesgar.  En cada empresa hay alguien que quiere
inventar la innovación sin riesgo porqué cree que es más listo que todo Silicon
Valley.  Muchos directivos se apuntan a
la moda y animan las liturgias de la innovación hasta que las decisiones
arriesgadas caen sobre su mesa. Son esos directivos que antes que tomar una
decisión arriesgada van a pedir treinta estudios de mercado.  En otros casos la innovación no crece sencillamente
por la incapacidad de quebrar las inercias y las ortodoxias. Se sabe que hay
que migrar a nuevos productos, servicios o modelos de negocios, pero falta la
autenticidad de aceptar las situaciones y falta la valentía de explorar con el
riesgo que conlleva la innovación. Y en muchos casos la innovación no crece por
cerrazón y por la arrogancia de los que creen saberlo todo de su negocio. Cada
vez que en una empresa alguien dice “esto ya probamos y no funciona” o “esto ya
lo hemos pensado y no creemos que sea posible” deberían dispararse todas las
alarmas.
La autenticidad será una core
competence diferencial en organizaciones que no estarán exentas de
contradicciones y ambigüedades. Una cosa no quita la otra. Ya el gran Charles
Chandy nos decía que hay que saber manejar y convivir con las paradojas que
viven las organizaciones: “Lo que la paradoja me lleva a pensar es que dos
pensamientos opuestos pueden ser ciertos al mismo tiempo. Por ejemplo, puedes
estar enamorado de una persona y en determinados momentos te puede desagradar.
Puedes desear al mismo tiempo la continuidad y el cambio y tenerlos ambos. Lo
que tenemos que hacer es aprender a equilibrar los opuestos”.
La autenticidad en una empresa
es un valor sólido cuando cada uno se pregunta por su propia autenticidad antes
que ponerse a medir la autenticidad de los demás. La autenticidad en una
empresa es la palanca de la competitividad. Aquellas empresas que vendan un
ecosistema de autenticidad que vaya desde sus productos hasta la forma cómo
viven sus valores serán más competitivas, tendrán mejor consideración por parte
de sus clientes, tendrán más compromiso por parte de sus empelados, atraerán
más talento y más respeto por parte de la sociedad.
Intentar ser siempre ser
auténtico, es decir, actuar con coherencia inherente, puede llegar a ser muy
pesado, pero sin duda es muy satisfactorio y muy pronto será una de las mejores
formas de ser competitivo.  Si la
autenticidad avanza como competencia fundamental daremos un paso que irá mucho
más allá que crear un beneficio para las organizaciones. Entonces pasará algo
muy divertido, rápidamente aparecerán los querrán hacer la ISO de la
autenticidad, los que crearan burocracias de autenticidad y los que reclamarán
los indicadores clave de la autenticidad. Pero eso será un tema menor y lo  resolveremos con un poco de ironía.

De momento, ya empezamos a tener
libros, Karissa Thacker ha escrito The Art of Authenticy
http://www.karissathacker.com . Veremos.

Este post fue publicado en Sintetia el 9 de mayo de 2016

La imagen pertenece a un fresco de Simone Martini