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Las duplicidades del management

25/08/2014

El
refranero está lleno de proposiciones sobre la imposibilidad de hacer bien dos
cosas a la vez (“No se puede repicar y andar en procesión” ,“Al que asa dos
conejos a la vez, uno se le quema”, “Soplar y sorber, no puede ser”). Y si
embargo, en management uno tiene la sensación de que muy a menudo debe hacer
dos cosas a la vez. Es más, la clave de la gestión corporativa es manejarse
bien en determinadas duplicidades sin que aparezcan como un trade off. He
intentado sintetizar en cinco duplas estas simultaneidades que exige el
management en diversos ámbitos. Hay más, pero estas me parecen significativas.
1. Innovación y contingencia. La
innovación es la base de la diferenciación que intenta aumentar el valor para
el cliente y huir de la commoditización de nuestros productos y servicios. La
gran dificultad está en compaginar el día a día exigente de los negocios ( con
el que pagamos las nóminas hoy) con la capacidad de arriesgar que supone la
innovación introduciendo nuevos productos en el mercado ( con los que pensamos
pagar las nóminas mañana) y retirando del portfolio antiguos productos o
servicios. Ser una empresa innovadora implica introducir la agenda del futuro
en la apretada agenda del presente.
2. Liderazgo: movilización y servicio. Los
grandes líderes no solamente aportan visión estratégica y mecanismos operativos
para movilizar a sus empresas hacia el futuro, también devienen servidores de
sus clientes y colaboradores de un modo natural. Liderar es servir, no servirse.
Son más “makers” que “takers” de sus empresas, tal y cómo define Steve Denning
en un magnífico post en Forbes.
3. Expectativas de la empresa/ de los
profesionales.
Las empresas que logran grandes compromisos de sus
profesionales es por qué saben equilibrar bien las expectativas de crecimiento
corporativo con las expectativas de crecimiento personal/profesional de sus
colaboradores. Es difícil y no es eterno, pero las empresas que consiguen este
equilibrio y este compromiso desatan su talento y son más competitivas. Cuando
las empresas hacen de este equilibro una cultura corporativa aprenden a crecer
gracias al crecimiento del talento de sus profesionales.
4. Valor para el accionista y posicionamiento
de la empresa
. Una empresa para posicionarse ante el futuro debe invertir y
debe innovar ( arriesgar) lo que a veces va en detrimento del rendimiento a
corto plazo para los accionistas. Cómo compaginar una empresa atractiva para
accionistas por su rendimiento que a la vez tome decisiones que le garantizan
un buen posicionamiento futuro es la clave de la longevidad de muchas empresas.
Posicionamiento antes que dividendo para garantizar dividendos sostenibles.
5. Emprendedores: clientes o inversores. Para
los emprendedores lo más importante es poder tocar cliente y así pivotar sus
propuestas de valor. Centrar todo el esfuerzo en búsqueda de inversores puede
ser un error. Tener clientes pero no poder crecer por falta de inversión puede
ser una gran frustración. Hay que compaginar las dos búsquedas: clientes e
inversores. Teniendo clientes es más fácil tener inversores.
Las
empresas que saben hacer dos cosas a la vez sin dejar de satisfacer a sus
clientes y sin perder talento, son las que acaban perviviendo. Además los
ritmos de estas duplicidades parece que se aceleran. O sea que hay que hacer
dos cosas a la vez y hacerlas rápido. Las empresas muy aposentadas que creen
dominar ellas el tempo de los mercados y en las que mandan sus lentas
burocracias jerarquizadas – una cosa después de otra y todo muy bien
documentado – parecen tener los días contados. 
( La imagen pertenece a una obra de Lazzaro Bastiani)