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¿Por qué la innovación pública crecerá imparablemente?

08/07/2014

Empezamos
a encontrar múltiples evidencias de que la innovación ha llegado a lo público y
busca sistematizarse y dar resultados. Ante esta oleada de innovación públicos
10 notas para la reflexión presentadas en el Meet Up del Centro de Innovación
UC Anacleto Angelini. Agradecido por la invitación comparto mis apuntes.
1.
Igual que pasó con la gestión estratégica, la calidad o el marketing, estas
oleadas de management llegan un poco más tarde al sector público que a la
empresa. Pero cuando llegan resultan muy importantes. Ahora le ha tocado el
turno a la innovación pública, aquella que las administraciones deben aplicarse
a ellas mismas. De hecho, muchas administraciones se dan cuenta que con la
planificación ya no basta, que hacen faltan instrumentos que permitan explorar
mejor en tiempos de cambio acelerado. La innovación pública es crear valor
público aplicando nuevas soluciones.
2.
Además de los retos propios de innovación pública, a las administraciones le
van a asaltar múltiples situaciones que desbordan sus límites reglamentados.
Cada vez hay más propuestas de innovación disruptiva que se basan en procesos
de desintermediación. Uber es un app que organiza un sistema de movilidad
privado que enerva a los taxistas, Eatwith es una forma de alternativa a los
restaurantes con reserva de menús a precio fijo en casa privadas, MonkeyParking es una app que pone en contacto gente que vende la plaza pública dónde tiene
aparcado el coche….  La innovación disruptiva
removerá los cimientos de la seguridad jurídica y del entorno fiscal de estados
y ciudades. La respuesta de la administración no podrá ser burocrática, habrá
que dar una respuesta innovadora.
3.
De hecho, la propia administración correrá el riesgo de ser desintermediada en
algunos aspectos. Ante ello las respuestas burocráticas y lentas solamente
conseguirán molestar más a los ciudadanos. 
La presión por la agilidad y los servicios en movilidad no va a parar de
crecer y las administraciones deberán adaptarse a ello.
4.
Pero hay otros factores que acercarán las administraciones a la innovación. El
enorme potencial del Big Data no lo será tanto sin un comportamiento Open Data
de las administraciones. Lo mismo sucederá con la Internet de las cosas. Las
ciudades, los espacios públicos serán sensorizados y aportarán datos para
mejores usos públicos y privados.
5.
Las dos dificultades principales de gestión en innovación pública son: Primera.
La gestión del riesgo en organizaciones nacidas para que todo sea previsible.
Gestionar el riesgo con dinero público tiene un plus de responsabilidad. Pero
si queremos innovación, hay que asumir que no hay innovación sin riesgo.
Segunda. La gestión del fracaso, algo muy habitual cuando se innova. Los
entornos político – mediáticos son poco tolerables con el fracaso. Se impone un
cambio de cultura, de los contrario no habrá más que innovación incremental en
el sector público.
6.
En la innovación pública que viene los nuevos modelos de creación de valor
publico serán los equivalentes a los modelos de negocio en el sector privado.
Creemos que los modelos de creación de valor público serán más abiertos, más
mixtos público – privados y más versátiles. Las propias dinámicas de compras
sofisticadas o experiencias como las de Open Challenge  de Barcelona son una
buena muestra de ello.
7.
La innovación pública hasta ahora ha importado todo del sector privado. Debemos
crear una innovación pública más capaz de crear productos y servicios nuevos,
propios, hasta ahora ha estado solamente orientada a nuevos procesos. Para ello
se requerirá más talento emprendedor entre los trabajadores públicos. Y los
habrá. La gestión púbica puede ser muy motivadora ( su objeto es el bien
público) y atraer gente con talento que quiera trabajar con un propósito digno.
8.  Para el crecimiento de la gestión pública
hace falta una revolución de agilidad. Debemos saber aplicar la filosofía Lean
Startup al sector público, pero pensando y aportando caminos propios. En
general, deberíamos desterrar la cultura de las pruebas piloto ( demasiado
orientadas a sí mismas) y el abuso de un benchmarking indigesto. Lo que hay que
hacer para que salgan cosas nuevas es pensar y no copiar. El benchmarking es
para después, antes mejor pensar.
9.
Necesitaremos un nuevo modelo de participación ciudadana para la innovación.
Las liturgias de participación muy politizadas no nos servirán para nada. Mejor
observar a los ciudadanos que preguntarles. Y una vez tengamos una propuesta de
valor en un prototipo compartirla con algunos de ellos y, si es posible,
establecer un proceso de co – creación con ellos. La innovación no crece en
asamblea.
10.
No necesitamos ni reglamentos, ni grandes comités de innovación pública.
Necesitamos equipos expertos, de impacto transversal, bien conectados con los
decisores, apasionados, comprometidos. Necesitamos talento innovador.
Necesitamos estructuras livianas y mucho liderazgo para el cambio cultural para
que la innovación pública despliegue todo su potencial.
( La imagen pertenece a una obra de Alessio Baldovinetti)