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Desintermediación y disrupción

07/05/2014

No
es nuevo,  pero el fenómeno de la
desintermediación tiene y tendrá un alto impacto. La desintermediación, a
menudo, ofrece valor para el usuario cargándose toda la ocupación que creaba la
mediación. Aparece una aplicación como Uber que pone en contacto a privados
para crear un sistema de trasporte alternativo por la ciudad e incendia el
gremio del taxi. He podido trabajar con muchos fabricantes que dudan en cómo
llegar directamente a sus consumidores finales, igual que hacen sus nuevos
competidores, pero sin molestar a sus clientes mayoristas y minoristas de toda
la vida, que son los clásicos intermediarios que les han dado de comer. Napster
desintermedió con su sistema P2P el mundo de la música en el 2000 y hoy los
cantantes vuelven a vivir de dar conciertos. Skype sustituyó a los operadores
de comunicaciones que los miraban altivamente. Hoy muchas universidades miran
los MOOC del mismo modo que los operadores de telecomunicaciones observaban
escépticamente Skype en 2003. Quizás la desintermediación no haya ido tan lejos
cómo se creía a finales de los noventa pero ha supuesto el lado más disruptivo
de la innovación, la que rompe las reglas de un mercado. Cuando algunos pocos
bancos se toman en serio que su competencia real estará en Facebook o Google es
por qué entienden que están ante una gran amenaza de desintermediación, mucho
más potente que la que ya les pueda provocar una empresa como Kantox en el
cambio de divisas o Pay Pal en el sistema de pago. No saben qué hacer con sus
grandes redes de oficinas bancarias que pertenecían al mundo de la
intermediación y que ahora solamente se llenan de los clientes que les aportan
menos valor. En Estados Unidos una gran cadena de librerías como Borders cerró
harta de ser el gran escaparate de Amazon.  Las agencias de viajes ya aprendieron lo que
supone la desintermediación, pero hay muchos sectores que la ven al acecho y no
hacen nada, simplemente gestionan sus inercias.
Una
pregunta necesaria para cualquier organización es quién puede desintermediarla
y en qué condiciones. Ante la desintermediación, igual que ante la disrupción,
solamente sirve entrenar. Que la desintermediación nos pille bien entrenados en
innovación, en cambio, es diferencial para sobrevivirla. La mediación era la
seguridad, la desintermediación nos saca de la zona de confort. Desintermedian
los que no tienen nada que perder y todo que ganar. Lo más difícil de desintermediar
son las experiencias, simplemente porque la gente las prefiere.
Desintermediar
puede llevar valor para el usuario: precios más bajos, agilidad, customización,
 nuevas funciones… ni que sea a costa de
provocar una cierta nostalgia. Pero al barrer esa intermediación que nos
aparece obsoleta se lleva también los puestos de trabajo que la sostenían…. El reto
de verdad sería desintermediar a favor del usuario y crear a la vez un número
de  puestos de trabajo similar al que
sostenía el viejo modelo. Esto sí que sería combinar bien innovación y desarrollo
social. 
(la imagen pertenece a una obra de Tommaso da Modena)