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Cómo rodearnos de los mejores

08/09/2012

Para cualquier proyecto
empresarial o profesional (también personal) aprender a rodarse de los mejores
es una habilidad clave. El éxito de las organizaciones y de los proyectos está
vinculado normalmente a su mejor gente, a los que aportan por encima de la
mediana. Rodearse de los mejores quiere decir admitir que hay gente que hará
ciertas cosas mejor que nosotros mismos, y en todo caso, el juego de complementariedades
buscado hará  que el todo sea más que la
suma de sus partes. Los cretinos, los soberbios, los que ya lo saben todo,
normalmente tienen miedo al mérito, no buscan colaboradores sino aduladores. Normalmente
los líderes menores dedican grandes esfuerzos a construir entornos mediocres.
¿Qué podemos hacer para rodearnos
de los mejores?
1. Compartir oportunidades. Intentar participar o impulsar proyectos
atractivos que supongan un crecimiento para todos aquellos que formen parte de
ellos. Fomentar retos exigentes, que se deban resolver con una ambición que no
haga perder la humildad. Los proyectos menores atraen capacidades menores.
2. Crear una lógica de talento. Intentar crear equipos en los que el
talento atraiga  talento y alejarnos de
la espiral en la que la mediocridad atrae  mediocridad.
No es cierto que sea igual quién
hace las cosas, al contrario, es absolutamente diferencial.
3. Aprender. Para rodearnos de los mejores hace falta estar dispuesto
a aprender. Procurar aprender de los mejores y desplegar toda nuestra capacidad
de aprender para que los otros también puedan enriquecerse con nosotros. La
gente respeta los jefes de los que aprenden.
4. Respetar el mérito. Observar las trayectorias es clave para
calibrar el talento, ir mas allá de las apariencias, contrastar resultados y
saber escoger esos que presentan trayectorias interesantes. Valorar el mérito
en función de la competencia técnica pero también en función de la capacidad de
ser personas, de encajar y ayudar a los otros. Huir de aquellas organizaciones
clientelares  dónde todo cuenta más que
el mérito.
5. Ser gente abierta. Tener la mente abierta a la innovación y a la
posibilidad de incorporar nuevo talento que aporte nuevas perspectivas, nuevos
retos, nuevas formas de hacer. Para rodearnos de gente buena hace falta conocer
nueva gente buena. Las endogamias son un terreno de patologías frecuentes y
recurrentes.
Hay una última cosa. Todo el rato
hemos hablado de saber rodearnos de gente buena. Poniendo el sujeto en el
centro. Pero tan importante es saber rodearnos como saber acompañar a gente
buena que considere que podemos serle una buena aportación. Es un juego de
círculos tangenciales, en los que los equipos se cruzan y según el proyecto y
la organización, tiene más sentido que, uno u otro, ocupe el centro. Al final
es un juego de aprender, de crecer, de dar resultados eficientemente.

Jamás somos demasiado buenos y el día que nos lo
creemos, ese día, hemos empezado inexorablemente nuestro declive. 



(La imagen pertenece a una obra de Bellini)