Las
respuestas a la crisis en Europa, y especialmente en su periferia, tienen tres
caras distintas y complementarias:
respuestas a la crisis en Europa, y especialmente en su periferia, tienen tres
caras distintas y complementarias:
1. A
nivel público. No se encuentra el modo de compatibilizar ajustes de gasto e
incentivos a la actividad económica. Se sabe cómo recortar pero no se sabe como
estimular actividad económica de modo eficaz (se acumulan tópicos pero nada
más). No hay dirigentes con capacidad para explicar qué parte del estado del
bienestar se quiere y se puede mantener a unas sociedades para las que todo
parece que es básico. Muy pocos líderes han superado la prueba de calidad de la
crisis. La política y la administración necesitan talento.
nivel público. No se encuentra el modo de compatibilizar ajustes de gasto e
incentivos a la actividad económica. Se sabe cómo recortar pero no se sabe como
estimular actividad económica de modo eficaz (se acumulan tópicos pero nada
más). No hay dirigentes con capacidad para explicar qué parte del estado del
bienestar se quiere y se puede mantener a unas sociedades para las que todo
parece que es básico. Muy pocos líderes han superado la prueba de calidad de la
crisis. La política y la administración necesitan talento.
2. A
nivel corporativo. Las empresas que no aprendan en esta crisis a estar en el
mundo global ya no lo aprenderán nunca. Los que tengan mercados locales, o
bien trabajan para empresas que estén
globalizadas o lo pasarán mal. La innovación se abre camino demasiado
lentamente como fuente de competitividad, las empresas prefieren agarrarse a
las inercias como forma de sustento. Pero las inercias son el pasado en forma
de presente precario, la innovación debe ser el presente en forma de futuro
incierto pero esperanzador. No hay salida, o pasado o futuro, ni que debamos aprender
a gestionar el riesgo. Pocos líderes empresariales pasan la prueba de asumir
riesgos responsables. La empresa necesita talento innovador.
nivel corporativo. Las empresas que no aprendan en esta crisis a estar en el
mundo global ya no lo aprenderán nunca. Los que tengan mercados locales, o
bien trabajan para empresas que estén
globalizadas o lo pasarán mal. La innovación se abre camino demasiado
lentamente como fuente de competitividad, las empresas prefieren agarrarse a
las inercias como forma de sustento. Pero las inercias son el pasado en forma
de presente precario, la innovación debe ser el presente en forma de futuro
incierto pero esperanzador. No hay salida, o pasado o futuro, ni que debamos aprender
a gestionar el riesgo. Pocos líderes empresariales pasan la prueba de asumir
riesgos responsables. La empresa necesita talento innovador.
3. A
nivel personal. La crisis debería desterrar determinadas perezas de un modo
contundente. Hay que acelerar la capacidad de aprender y desaprender.
Entenderse desde el esfuerzo y ser capaces de ir más allá de las recetas para
resolvernos en cambios reales de nuestras competencias y nuestras geografías.
La identidad nos puede venir dada por lo que hemos hecho o por lo que perciben
los demás que somos capaces de construir. O estamos del lado de la solución –
oportunidad o nos quejamos y nos regodeamos en diagnosticarnos. Es la hora de
los que emprenden. ¿somos parte del talento emprendedor que requiere el
momento?
nivel personal. La crisis debería desterrar determinadas perezas de un modo
contundente. Hay que acelerar la capacidad de aprender y desaprender.
Entenderse desde el esfuerzo y ser capaces de ir más allá de las recetas para
resolvernos en cambios reales de nuestras competencias y nuestras geografías.
La identidad nos puede venir dada por lo que hemos hecho o por lo que perciben
los demás que somos capaces de construir. O estamos del lado de la solución –
oportunidad o nos quejamos y nos regodeamos en diagnosticarnos. Es la hora de
los que emprenden. ¿somos parte del talento emprendedor que requiere el
momento?
La
crisis la resuelven las personas comprometidas y, no los tópicos, no los
espectadores, no los pusilánimes. El contexto influye y mucho pero la clave
está en las personas, es decir, en nosotros. Ánimo, esto no ha hecho más que empezar y
podemos/debemos arreglarlo.
crisis la resuelven las personas comprometidas y, no los tópicos, no los
espectadores, no los pusilánimes. El contexto influye y mucho pero la clave
está en las personas, es decir, en nosotros. Ánimo, esto no ha hecho más que empezar y
podemos/debemos arreglarlo.
(la imagen pertenece a una obra de Bellini, otro de sus juegos de manos).