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Los despachos

02/04/2012

Hoy
he cambiado de despacho. He arrastrado papeles que me pertenecían o a los que
pertenecía. Los amontono inútilmente  por
avivar la memoria, sin razón.  Ordeno libretas
de notas en blanco y negro que pudieran haberse escrito de igual modo cien años
antes. Me acompaña la misma imagen venerada que nunca me ha abandonado en ningún
despacho, Guidoriccio da Fogliano  el fresco del Palazzo Pubblico de Siena
pintado por Simone Martini. También están los libros, como espejo de una patria
interior que nos empeñamos en construir. Cada despacho es un trozo de vida
profesional, un espacio al que dan vida los proyectos y las personas. Los
despachos son habitáculos del esfuerzo, de la ilusión,  de ideas más o menos brillantes y de alguna desazón.
No los podría odiar. Me gusta mi trabajo. 



(la imagen es un fragmento de la obra de Simone Martini del Caballero Guidoriccio da Fogliano)