En
cualquier proyecto profesional es bueno tener la sensación de que vamos a favor
de la historia. Compartir una cierta convicción de que empujamos el futuro con
sentido. La sensación contraria, que
dedicamos esfuerzo a proyectos caducos es muy poco motivadora. Cuando operamos con esquemas que creemos
superados sentimos cómo nos cuesta
comprometernos con lo obsoleto. Ya sé
que el concepto de progreso ha sido ampliamente discutido, pero a mí siempre me ha gustado trabajar en
organizaciones, en culturas, en propuestas que me hacen sentir que lo que
creamos forma más parte del futuro que del pasado. La innovación me hace sentir
esto, me hace sentir que vamos en el sentido de la historia.
cualquier proyecto profesional es bueno tener la sensación de que vamos a favor
de la historia. Compartir una cierta convicción de que empujamos el futuro con
sentido. La sensación contraria, que
dedicamos esfuerzo a proyectos caducos es muy poco motivadora. Cuando operamos con esquemas que creemos
superados sentimos cómo nos cuesta
comprometernos con lo obsoleto. Ya sé
que el concepto de progreso ha sido ampliamente discutido, pero a mí siempre me ha gustado trabajar en
organizaciones, en culturas, en propuestas que me hacen sentir que lo que
creamos forma más parte del futuro que del pasado. La innovación me hace sentir
esto, me hace sentir que vamos en el sentido de la historia.
(la imagen pertenece a una obra de Vicenzo Catena)