En
el mundo de las empresas hay tres planos que deberían compartir una lógica. El plano operativo (vender – hacer – cobrar).
El plano gobernanza (consejos de administración). El plano financiero (especialmente si se trata de una empresa
cotizada).
el mundo de las empresas hay tres planos que deberían compartir una lógica. El plano operativo (vender – hacer – cobrar).
El plano gobernanza (consejos de administración). El plano financiero (especialmente si se trata de una empresa
cotizada).
En algunos casos estos tres
planos no solamente no están alineados si no que se pueden contradecir. El
plano operativo es el que la gente vive, el de los esfuerzos y el que da
sentido a todo. El plano de gobernanza corporativa es el de la relaciones de poder
entre accionistas y aquí puede pasar de
todo, incluso que accionistas debiliten estratégicamente el plano operativo pensando
más en sus intereses a corto plazo (ventas a corto) que en la sostenibilidad a
largo plazo de la compañía. Y el plano financiero cuando se trata de empresas
cotizadas tiene más que ver con los juegos de expectativas que con los
resultados reales, en un casino en el que las apuestas parecen cambiar
caprichosamente.
planos no solamente no están alineados si no que se pueden contradecir. El
plano operativo es el que la gente vive, el de los esfuerzos y el que da
sentido a todo. El plano de gobernanza corporativa es el de la relaciones de poder
entre accionistas y aquí puede pasar de
todo, incluso que accionistas debiliten estratégicamente el plano operativo pensando
más en sus intereses a corto plazo (ventas a corto) que en la sostenibilidad a
largo plazo de la compañía. Y el plano financiero cuando se trata de empresas
cotizadas tiene más que ver con los juegos de expectativas que con los
resultados reales, en un casino en el que las apuestas parecen cambiar
caprichosamente.
Las
empresas son tan poliédricas que pueden llegar a despistar a los únicos que les
dan sentido, los que venden – hacen e intentan cobrar.
empresas son tan poliédricas que pueden llegar a despistar a los únicos que les
dan sentido, los que venden – hacen e intentan cobrar.
(la mirada pertenece a una obra de Jacopo Tintoretto)