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emprender, contagiar, emprender, contagiar

16/11/2011

Una
forma de innovación relevante es intentar innovar en la concepción de la propia
empresa. Escribo este mail después de reunirme en Puerto Madero con un
empresario argentino de trayectoria impresionante,  que ha consolidado 29 negocios después de
haberse arruinado un par de veces seriamente. Me comenta que, por razones
personales, debió alejarse de la gestión de sus empresas un tiempo y desde que
lo ha hecho, ha conseguido que las empresas crecieran más.  Se aleja del día a día, aparece cuando conviene
pero gestiona básicamente a través del empowerment. Se queda en una franja
estratégica, sabe crear equipos y gestionar riesgos. Es un vendedor nato y
practica el arte de cobrar.  Por
descontado, no es un tipo común.
Me
hace pensar en la relación entre empresario (en el sentido owner), manager y
empleado es uno de los secretos de la gestión, un tema que me persigue desde el
Forum Peter Drucker de hace tres semanas en Viena. A veces tenemos managers que
no saben arriesgar, empresarios que quieren gestionar y no saben, profesionales
que no saben vender. Tenemos todas las combinaciones posibles, pero cada
empresa debe encontrar la suya como un vector clave de su futuro. Si esta combinación
de personas no encaja y no es eficiente, el mejor negocio del mundo se puede
malograr.  Necesitamos empresas en las
que cada uno pueda desplegarse desde su rol, para ganar dinero, pero para mucho
más, para crecer como personas, para apasionarse por algo, por un producto, por
el servicio a los clientes, para continuar con la comunidad de gente que llaman
empresa, para sentirse orgullosos de lo que aportan a la sociedad. Detrás de
ello hay una nueva forma de entender la empresa, como un espacio en el que cada
uno, desde su rol, despliega proyectos, funciones y se despliega
personalmente.  Se nota rápidamente
cuando alguien es feliz trabajando. Esta fuerza, esta lucidez añadida que da la
felicidad,  es la que permite concebir y
erigir los grandes proyectos y los pequeños, porque es una fuerza que alguien
sabe como contagiar.
(La imagen es de Albrecht Altdorfer)