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Esas burocracias que montamos sin querer

23/09/2011

La
película entre lo que, en una organización,  es una estructurada pensada para la calidad
de  procesos eficientes y una burocracia
percibida como una red que entumece y resta fluidez es muy fina.  Las burocracias las creamos nosotros casi sin
darnos cuenta y con voluntad de mejora. Un día nos damos cuenta que la
organización se ha vuelto impermeable a los cambios, ha perdido agilidad,
frescura. La burocracia deja de ser organización para convertirse en roce.
La
innovación, con esa manía que tiene de cuestionarlo todo, es la gran
damnificada de las burocracias. Mientras la innovación son happenings de ideas
no pasa nada, pero cuando es ejecución y cambio,  entonces la burocracia se expresa como una
resistencia sutil que simplemente enlentece las iniciativas hasta que pierden
sentido. La burocracia es la memoria convertida en anticuerpo que evita
cualquier innovación realmente significativa.
Hay
que ir con cuidado con las burocracias que organizamos porqué cuestan mucho de
desorganizar para innovar. Y si alguien cree que las burocracias son cuestión
exclusiva del sector público es que no ha estado nunca en una empresa
mínimamente compleja.
(la imagen es de Ambrosius Benson)