La
crisis expone la verdad desnuda de muchas iniciativas teóricamente privadas
que, sin el apoyo público que ahora les falta, no son sostenibles. Hay un tipo de organizaciones que en las
etapas boyantes se había especializado en ser buenos rent-seekers de fondos
públicos, son instituciones que suplían los resultados con buenas relaciones con
las administraciones. Algunos centros e iniciativas de este género habían
nacido promovidas o alentadas por las propias administraciones que actuaban de
cochón de unos resultados que siempre se posponían a años venideros. Ahora, ya no hay colchón ni años venideros,
hay una verdad desnuda: o se aporta valor que alguien esté dispuesto a pagar o,
a la corta o a la corta y media, el
futuro está comprometido.
crisis expone la verdad desnuda de muchas iniciativas teóricamente privadas
que, sin el apoyo público que ahora les falta, no son sostenibles. Hay un tipo de organizaciones que en las
etapas boyantes se había especializado en ser buenos rent-seekers de fondos
públicos, son instituciones que suplían los resultados con buenas relaciones con
las administraciones. Algunos centros e iniciativas de este género habían
nacido promovidas o alentadas por las propias administraciones que actuaban de
cochón de unos resultados que siempre se posponían a años venideros. Ahora, ya no hay colchón ni años venideros,
hay una verdad desnuda: o se aporta valor que alguien esté dispuesto a pagar o,
a la corta o a la corta y media, el
futuro está comprometido.
La crisis desnuda la verdad y, aunque duela, suelta
grasa.
grasa.
(la imagen es de Justus of Ghent)