Leo en la prensa iniciativas para facilitar el emprendimiento como las de un ayuntamiento que quiere avalar los emprendedores ante los bancos para facilitar su financiación u otra en la que un sindicato pide que haya “una ley del emprendedor”. Está bien que se preocupen de la creación de nuevas empresas, pero se equivocarán si quieren extraer el factor riesgo del proceso emprendedor. Es como trasladar una lógica del ajedrez a una lógica que tiene algo de póquer como recuerda el profesor Chesbrough.
El camino no es sobreproteger a los nuevos emprendedores sino crear contextos dónde el riesgo personal sea más fructífero en el éxito y en el fracaso.
Propongo que trabajemos en estas líneas si realmente queremos ayudar a los emprendedores:
1. Impulsar una cultura emprendedora que no busca endosar las desdichas a los demás (bancos, administraciones, competencia) si no que aprende de los propios fracasos y así se prepara para impulsar nuevos proyectos más sólidos. Los emprendedores quejicas no construyen nada serio.
2. Ayudar a proyectar una imagen social positiva de los empresarios responsables (que los hay y son muchos) y luchar para rescatar la imagen del empresario de un tipo especulador al que no importan las personas. Evidentemente los empresarios deberían ayudar lo suyo y procurar elegir personas de perfil socialmente responsable en sus organizaciones más representativas.
3. No creo que resolvamos el gap emprendedor poniendo clases de emprendimiento en escuelas de secundaria dónde se respira (por desconocimiento o por militancia) un gran sentimiento antiempresarial. La escuela y la empresa no pueden ser realidades antagónicas. Es una determinada cultura social la que debemos cambiar.
4. Las administraciones simplemente deben esforzarse en poner muy fácil el crear una empresa, no hace falta que quieran mitigar el riesgo empresarial porque lo que harán será sobreproteger empresas que nunca crecerán. Que sean una externalidad positiva no una internalidad.
5. Poner a dirigir los viveros de empresas a gente con verdadera experiencia empresarial que orienten las empresas a las oportunidades del mercado más que a las oportunidades de la subvención. Viveros para crecer y no solamente para nacer.
6. Educar en la cultura del esfuerzo, proponer buenas prácticas empresariales basadas en el esfuerzo y el talento, que hay muchas y son cercanas. El que no quiera darlo todo que busque otros caminos, en este camino no hay horarios y hay muchas noches sin dormir pero nada es comparable a la sensación de estar creando algo.
7. Facilitar un mercado eficiente de capital semilla y de capital riesgo, si es posible completamente privado, si hay fallo de mercado puede tener sentido que intervengan transitoriamente las administraciones, pero crear mercados de financiación artificial no acostumbra a dar resultados.
8. Facilitar redes de contactos internacionales para que aquellos que tengan capacidad de riesgo empiecen sus proyectos empresariales pensando en mercados globales. Si pensamos nuestras empresas para mercados pequeños siempre serán pequeñas.
9. El perfil de las personas es clave, la capacidad de construir equipos compensados también, emprender es un juego de equipo y necesitamos buenas canteras de emprendedores. La comodidad social (el que nos lo den todo hecho) no ayuda al emprendimiento, los que tienen más a ganar son más emprendedores que los que solamente pueden perder.
10. Los verdaderos revolucionarios no son los que más gritan son los que emprenden, son los que arriesgan de verdad.
Escribo esto después de charlar un par de horas con un emprendedor arruinado, que me pide ayuda para buscar dinero para su próximo proyecto empresarial. Lo ha perdido todo, la casa y la familia. Es verano, son vacaciones pero para él cada día que pasa sin avanzar es un día perdido, un contratiempo en el desarrollo de la oportunidad que tiene en la cabeza. Tiene trayectoria y tiene identificado el equipo, tiene la oportunidad bien construida, tiene socios tecnológicos de referencia, le falta poder ampliar el test tecnológico y conocer mejor algunos mercados alejados. Le falta vender (y luego cobrar). Encontrará el dinero. En dos horas ni hemos hablado de las administraciones. Lo central es otra cosa.
(la escalera es de B. Diana).