Las evidencias de que vivimos en un mundo global nos rodean. Nuestro posicionamiento personal y corporativo vendrá en gran medida determinado por saber encajar en entornos globales, saber leerlos bien y actuar en ellos. Por el contrario, las dinámicas universitarias siguen pareciendo muy locales, a veces muchos más locales que la de muchas empresas que sobreviven gracias a haber aprendido a multiplicar sus mercados. Porqué ya no se trata de saber leer en inglés o de viajar, se trata de interactuar en formato global y producir resultados diferenciadores. Pienso en el encaje global de la universidad porqué estoy convencido que Europa no resolverá bien su encaje global sin universidades potentes e influyentes a escala global. Nos jugamos mucho en ello.
Realmente, estas universidades locales ¿nos ayudarán a saber interaccionar en escenarios globales? Algunas más que otras, pero en general deberíamos dar pasos más decididos adelante. No entiendo cómo a algunas universidades no les haga pensar que China gradúe centenares de miles de ingenieros en un año, hasta 10 veces más que en USA y que esto no les afectará. Tenemos universidades muy volcadas a retos internos que nunca son capaces de resolver, como el de la gobernanza. Universidades que no han conseguido ser motores de desarrollo de sus territorios en grado significativo, en medio de un fracaso europeo general de la Estrategia de Lisboa. Tenemos unas universidades con una movilidad profesional muy escasa que les dificulta mucho ser tránsito de talento. Ahora, además, tenemos universidades que solamente miran las páginas de excels que les imponen recortes con lo que las miradas en grande se difuminan más y toda visión se confunde con números pequeños. Mucho me temo que en nuestro entorno ahora todo será más local, más cerrado, más a corto. Pero no en todo el mundo será así. Al contrario.
Creo que deberíamos estar pensando en otras cosas:
1. Si no tiene sentido ofrecer titulaciones dónde los alumnos vivan cada año en un entorno realmente distinto (Europa, USA, Asia, Latam, etc.).
2. Si no es hora de tomarnos en serio una relación de aprendizaje off/on line mucho más eficiente.
3. Si no podemos desarrollar sistemas abiertos de avance de la ciencia que realmente generen eficiencias y multipliquen resultados de nuevo conocimiento.
4. Si a lo mejor no es más fácil resolver los problemas de gobernanza por la vía global ya que por la local no hay manera.
5. Si tiene realmente sentido pensar en una gestión del talento solamente local.
Escribo estas reflexiones a partir del primer impacto que me ha producido la lectura de “The Innovative University: Changing the DNA of Higher Education from the Inside Out” (2011) del profesor Christensen de Harvard Business School (uno de los pensadores más influyentes en innovación del mundo) y del profesor Eyring y los cambios profundos que ha liderado en la Universidad de BYU-Idaho. A los dos les une aproximación confesional (mormona) muy notable, lo que no quita que su experiencia universitaria sea sólida, que sus reflexiones sean lúcidas y hayan escrito un libro del que oiremos hablar y mucho.
(El dibujo es de A. del Sarto)