1. Un modelo de innovación orientado a resultados debe medir el ROI de la innovación. El dinero dedicado a innovación debe poder confrontar su perfomance con el dinero dedicado a multiplicar mercados o mejorar la cadena logística, por poner ejemplos sueltos.
2. Tener trazabilidad sobre los agentes que aportan más rendimiento innovador. Saber qué tipo de alianzas son más rentables en términos de impacto en el P&L. Saber por ejemplo cuantos proyectos desarrollados en la universidad tienen impacto en la cuenta de resultados de modo significativo, así como de la colaboración con otras empresas, centros tecnológicos o de investigación.
3. Aprender de los falsos positivos. Contabilizarlos y evaluar la capacidad de aprender de ellos.
4. Intentar averiguar dónde se pueden filtrar los falsos negativos. Contabilizar para detectar cuando un filtro (cultural, tecnológico o de CAPEX o de modelo de negocio) pasa a ser un roadblock.
5. Evaluar la performance del departamento de R&D, evaluar cual es la trayectoria de impacto en el P&L y de este modo establecer su performance, en caso de que sea negativa en términos de innovación, preguntarse sobre la posibilidad de que se abra a inversiones y colaboraciones externas.