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La queja como trayectoria

28/04/2011

La energía en inventariar agravios es poco rentable, es energía empleada en el pasado. La historia es fundamental para las personas y los pueblos, nos ayuda a definir la arquitectura de los relatos que nos dan sentido, pero la principal energía hay que situarla en el futuro más que en pasado. Los esfuerzos determinantes siempre deben ser para crear. Es lógica y legítima la queja ante lo que consideramos injusto, pero instalar nuestra vida profesional en la queja permanente es orientarla más hacia el pasado que hacia el futuro. Eso sí, las trayectorias son importantes, pero más para aprender de ellas que para instalarse en ellas, tanto si son positivas como si no nos convencen. Los que se instalan en la queja no acumulan relaciones inspiradoras para su futuro, los que se instalan en la queja se envenenan con relaciones que nutren una espiral que no conduce a nada. Los que se quejan siempre, nunca se quejan de sí mismos a ellos mismos.
Podemos quejarnos de la crisis, podemos quejarnos de los jefes, de los clientes, de los proveedores, de los reguladores, del mundo, pero al final, la queja continua no es una estrategia ganadora.

(La imagen es de Simone Martini)