Hay gente que cuando habla tiene la habilidad de hacer sentir a sus interlocutores más inteligentes, más confiados, con capacidad de dar lo mejor de sí mismos desplegando posibilidades que no sabían que tenían.
Hay gente que cuando habla hace sentir a sus interlocutores pequeños, periféricos, como si tuvieran que pedir perdón por no estar a la altura.
A los primeros les reconocemos como maestros. Los segundos se consideran profesores.
(Otro fondo de G. Bellini)