Cada vez soy más partidario de observar las trayectorias profesionales de las personas, eso que podríamos llamar la carrera profesional. La solidez la dan las trayectorias, que pueden estar trufadas de momentos brillantes y de fracasos pero en las que debe descubrirse un hilo de continuidad diferencial. Las trayectorias están descritas por las responsabilidades profesionales que se asumen pero están hechas por las competencias que se consigue acumular : las relaciones que se atesoran, la forma cómo en contextos distintos se resuelven problemas, el modo de plantear el liderazgo y su combinación con el manejo de equipos, la capacidad para aguantar situaciones adversas, la elegancia en saber ganar.
Hay trayectorias que se nutren de la movilidad profesional (que fuera de España quiere decir también movilidad geográfica), conocer diversidad de culturas corporativas y de culturas sociales es una forma de aprender. Desarrollar responsabilidades distintas, incluso dentro de una misma organización, es otra forma de aprender. Lo que me cuesta más es ver cómo aprenden y se desatan de las inercias estos profesionales que hace veinte años que hacen lo mismo, que saben hasta el matiz lo que es imposible y que solamente esgrimen entusiasmo a la hora de defender los derechos que acumulan.
No se trata de derechos, se trata de competencias……..y de dibujar trayectorias más para aprender que para enseñar.
(la imagen es de Bicci di Neri)