Agradezco la generosidad y la agradezco de un modo estructural, es decir como un pilar de nuestras relaciones sociales. Cuando alguien regala a alguien un adjetivo positivo, cuando alguien regala una semblanza amable, cuando alguien da una oportunidad no porqué la necesite si no porque cree que el otro la merece, cuando alguien da recursos a un proyecto en el que cree, cuando alguien regala tiempo a alguien sin trayectoria pero con hambre de aprender, practica esta generosidad que hace que muchas cosas valgan la pena y que las personas nos parezcan confiables e inspiradoras. Con la generosidad hay que ser ponderado para que tenga valor.
Necesitamos gente generosa y saber reconocérselo. De gente que practica la negatividad, la sospecha o el interés retorcido, nos sobra. De gente generosa nos falta. Necesitamos más generosidad estructural, para liderar sirviendo, para crear equipo, para dedicarse a la cosa pública, para hacer empresa. Las personas, las corporaciones, necesitan más generosidad estructural, que no es ingenuidad, que es un ejercicio eficiente de alteridad.
(la imagen es de Benvenuto Tisi di Garofalo).