No deja de ser paradójico. Muchas empresas usaban las ayudas públicas a la innovación para practicar una innovación periférica, poco estratégica. En tiempos de bonanza había bastantes programas de promoción de la innovación, muchos de ellos a mí entender poco enfocados y de poco impacto, pero había programas. La crisis ha conferido centralidad competitiva a la innovación en muchas empresas, ahora ya no se trata de una opción, en muchos casos es la única salida. Pues ahora que son más necesarias que nunca se suprimen muchas de las ayudas a la innovación. Son las paradojas de la crisis. Al menos estaremos seguros que las empresas que innoven lo harán convencidas y no para aprovechar subvenciones. Veremos una innovación más eficiente, quejarse servirá de poco, habrá que aplicarse.
(la imagen es otra baranda de Daniele de Volterra)