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si tuvieran tiempo no serían ellos mismos

22/09/2010

Salgo de una reunión con un director general de una empresa artesanal y global a la vez. Quiere facturar 1000 Millones de € en 5 años. Lo puede lograr. Pienso en su agenda y me atrevo a una semblanza de gente que he conocido y me recuerdan a él.

Si tuvieran tiempo no serían ellos mismos. Viven la presión de las listas de los quehaceres inacabados en medio la complejidad organizativa. Nunca dejan de pensar en dual: hacemos lo que pensamos ayer pero pensamos lo que haremos mañana y pasado mañana. Las reuniones se superponen, las ventanas de Skye hacen cola y las llamadas entran sin cesar. Toman decisiones. Quizás no produzcan nada directamente, pero hacen que todo pase. Las comidas son de trabajo y los viajes tiempo para hablar por teléfono y escribir. Las Jornadas son largas, los días quedan cortos. Crecen si saben delegar y lideran si saben inspirar. Son respetados por qué la gente aprende de ellos y con ellos. Son buenos si rodean de gente mejor que ellos. Son muy buenos si además conservan una cierta humildad no impostada. La gestión es, en gran medida, gestión de agenda. No hay tiempo para quejarse, simplemente se necesita tiempo para pensar. Es una forma de vivir que se escoge.
(la imagen es de D. Morone)