De Toyota hemos aprendido los éxitos. Nos hemos familiarizado con conceptos como Just in time, Lean Manufacturing o el famoso Kaizen paradigma de la mejora continua gracias a Toyota. Hemos aprendido que aprovechar el conocimiento de unos trabajadores muy comprometidos con su empresa es la base de una calidad que se convirtió casi en mítica. Las innovaciones en management han sido escasas y Toyota ha liderado muchas de ellas. La empresa lleva años entre las top 5 de empresas innovadoras reconocidas por Businessweek. Toyota es reputación de calidad. La lectura de los libros de Jeffrey K. Liker, «Toyota Talent» y «Toyota way» fueron para mí un verdadero descubrimiento.
Y llegó un día que Toyota fracasó. Tuvo que revisar millones de unidades y reaccionó torpemente, lo contó mal, pidió excusas mal, su reputación de calidad intachable y a la primera, quedó dañada. De pronto apareció como un líder patoso. Las explicaciones desde Toyota no dejan de hacer pensar. El problema, dicen, ha sido el éxito, crecer ha supuesto incorporar mucha gente a un ritmo que no permitía sumergirse en la cultura diferencial de la casa fundada por Toyoda. Toyota es una referencia de la que aprender, y espero que aprendamos todos también de sus fracasos así como aprendimos de sus éxitos. Habrá que estar atentos a la trayectoria futura de Toyota, seguro que aprenderemos de cómo salen de ésta igual que aprendimos como crecieron y llegaron a desbancar a las grandes marcas de Estados Unidos en su propio mercado.
De momento sabemos que crecer a veces se traduce en bajar la guardia, que quizás una imperceptible soberbia o los grandes problemas de comunicación y cultura corporativa entre sus equipos en Japón y California, pueden dañar la reputación de un líder sólido muy seriamente. En cualquier caso, lecciones de Toyota como que el secreto de los negocios, de la competitividad y la calidad está en las personas y en sus factores de motivación no periclitan por este notable tropezón corporativo.
La tecnología, la estrategia, la innovación son palancas que activan personas comprometidas.
(La imagen es de Simone Martini)