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Las preguntas que todo directivo debería hacer a su gente

01/09/2010

En las empresas hay relaciones de poder, como en toda comunidad, son jerarquías más o menos planas, más o menos amables, pero son relaciones habituales en una organización. Por eso podría haber usado los términos, jefe – subordinado desde una perspectiva más clásica o la de líder – seguidores desde una perspectiva más democratizante, pero en el fondo se trata de relaciones de poder, de determinación de decisiones y responsabilidades.
Para mí todo directivo debería hacer preguntas a su gente, lo que implica un tipo de relación y de comunicación que no siempre se da y que considero imprescindible en organizaciones que dependen del talento. Hay que conocer y evaluar las expectativas mutuas y orientarlas a futuro más que a pasado.
Se me ocurren 5 preguntas obligadas que todo directivo debería hacer a sus colaboradores:

1. ¿estás creciendo, es decir, aprendes lo suficiente? ¿cómo puedo ayudar a que aprendas más? ¿puedes construirte suficientes oportunidades?

2. Motivar es cosa de cada uno, pero desmotivar es deporte de jefes. ¿puedes ayudarme a saber si hago cosas que desmotivan y no soy consciente de ello, que alejan a la gente de comprometerse? ¿puedes ayudarme con ejemplos? ¿en qué debo mejorar para dirigir mejor?

3. ¿qué hacemos bien y qué mal como equipo, como organización? ¿en qué debemos innovar? ¿Cuál es tu percepción del cambio necesario? ¿con quién no hablamos y deberíamos hablar como organización, como equipo?

4, El talento se mueve. ¿te ves en la organización mucho tiempo? ¿te irás, no te irás? ¿Cuándo? ¿por qué? ¿tienes ganas de emprender? ¿podemos colaborar en el futuro de un modo distinto?

5. El reconocimiento es poliédrico (valoración de las aportaciones, vinculación a la elaboración de estrategias, empowerment, salario, seguridad, oportunidades, aprendizaje) y va vinculado al valor que aporta cada uno. ¿te sientes reconocido?

Son preguntas que los directivos deben hacer. El tiempo en el que la gente buena dependía de las organizaciones ha pasado, son las organizaciones las que dependen de la buena gente. No todo el mundo tiene talento, es cierto, y no todos se esfuerzan por mejorar, pero con esa gente hay que hablar claro de trayectorias, de responsabilidades, del valor que aportan y de lo que necesita la organización que aporte. Las empresas no son guarderías, todo el mundo tiene deberes y derechos y el compromiso como contraseña del valor.

Los jefes deben hacer preguntas sobre lo que la gente se pregunta y tratar con franqueza y humildad las contradicciones que ello conlleva. Esto más que debilitar su posición, les fortalecerá.
Un directivo, un jefe, un líder humilde, es mucho más fuerte.

(la imagen es de Simone Martini)