Una elemento fundamental de las políticas públicas de desarrollo es saber distinguir entre agentes realmente multiplicadores de los recursos públicos (consumen recursos públicos para multiplicar su valor) de los «rent seekers» (depredadores de recursos públicos que no aportan valor significativo y buscan básicamente su perpetuación). Los multiplicadores consiguen recursos públicos y de forma tangible presentan indicadores de impacto, su eficiencia puede medirse en sus resultados. Los rent seekers siempre presentan indicadores de proceso y combaten con influencia política su falta de resultados, apelan a la evangelización de las TIC, de la innovación o de cualquier cosa que suene moderna e imprescindible o esgrimen lógicas territoriales, hacen mucho ruido porqué son perfectamente prescindibles. Apostar por los multiplicadores y limitar a los rent seekers (o forzarles a entrar en la senda del valor tangible) es fundamental para políticas públicas de desarrollo económico o para sistemas normalmente tan poblados de agentes como son los sistemas de investigación e innovación. Discernir entre unos y otros es menos complicado de lo que parece, simplemente hay que focalizarse en los indicadores de impacto y distinguirlos de la poesía en movimiento.
(Esta imagen tan delicada es de Neroccio de’ Landi)