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El reto de la humildad directiva

18/05/2010

Hay quién, el éxito y el poder, nubla. Hay a quién no. La humildad facilita la función directiva, la refuerza. La falsa humildad la disminuye. La falta de humildad deteriora las relaciones. No se trata de confundir humildad con compadreo ni de trasponer jerarquías basadas en la naturalidad. Se trata de actuar con sentido de alteridad, contener el ego en cuadrantes discretos y no sacar las personalidades de su contexto.

Formas en que se manifiesta la humildad directiva:

1. Un respeto natural, nada impostado para con todos (incluso con los proveedores).

2. Capacidad de escucha. Ser capaz de no hablar permanentemente de uno mismo.

3. Comunicar desde el ejemplo más que desde las palabras.

4. Poner barreras a la soberbia del conocimiento, poner palancas al aprendizaje.

5. Presentar suficiente seguridad como para aceptar el fracaso propio.

6. Liderazgo suave: potente por servicial.
7. Capacidad para contener la arrogancia corporativa.
8. Combatir la arbitrariedad como estilo directivo.
9. El uso eficiente, no excluyente, de la autoridad.
10. Puntualidad.

(la imagen es muy conocida: Ambrogio Lorenzetti)