Cuando creen en nosotros nos multiplicamos. La confianza expresada nos orientada a futuro, nos impulsa, nos sentimos capaces de asumir retos y nos parece que nuestra trayectoria profesional adquiere sentido en este momento.
Cuando no creen en nosotros nos empequeñecemos. La desconfianza percibida nos empantana en el presente, nos genera dudas sobre la trayectoria y potencial profesional. Es el momento de pensar y tomar decisiones.
Lo fácil es pensar que si no creen en nosotros es culpa de los demás (son injustos, son mediocres, son interesados) pero no es el mejor camino. Mejor atrevernos a asumir la responsabilidad de ganar la confianza, ni que los equivocados sean los demás.
Desde un punto de vista directivo es muy importante que la gente perciba confianza, se multiplique y también los es que tenga señales respecto de lo que no va bien sin provocar desconfianza, empequeñecimiento.
Transmitir confianza multiplica también al que es capaz de transmitirla honestamente.
(Vittore Carpaccio, una imagen más)