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La gestión de los egos

17/04/2010

Es un ejercicio sencillo e imprescindible para la gestión profesional y empresarial: ponerse en lugar de los demás. ¿Cómo es posible liderar, dirigir, gestionar, sin saber ponerse en lugar de los demás? Esta gestión de la alteridad es básica a la hora de emprender el liderazgo, cuando hay que encajar equipos, cuando hay que negociar o resolver conflictos y es también fundamental cuando nos toca pensar desde el marketing o la innovación cómo ponernos en lugar del cliente. Un buen ejercicio es aprender a ponernos cada vez con mayor rapidez en lugar del otro. No necesariamente para compartir su punto de vista racional o emocional, si no para conocerlo y así poder actuar con más acierto. Es una práctica natural, una gimnasia necesaria y recomendable.

Hay personas que tienen dificultades en atender más allá de su ego. Nunca se alegran de los éxitos de los demás ni saben compartir los propios. Siempre tienen que ser “el niño en el bautizo o el muerto en el entierro”. Solamente analizan las situaciones desde la lente de su ego que de tan hinchado emborrona la realidad y confunde persona y personaje. El mundo gira alrededor de su ego. Para ellos la generosidad es esfuerzo y excepción.

Cualquier directivo, cualquier director de equipo, sabe que gestionar estos egos con habilidad es una competencia esencial para el equilibrio humano en las organizaciones. Desde luego, en algunas organizaciones, la gestión de los egos consume una energía excesiva.

(el detalle es de Louis Gallait)