El pasado jueves tuve la oportunidad de abrir con una ponencia la Jornada organizada por ESADE, el Parc de Recerca de la UAB y el Centro Tecnológico Ascamm, denominada “Contracorriente: producir en países de alto coste”. Les felicito, fue un acierto plantear esta jornada y prueba de ello es la calidad del público que reunieron.
Mi intervención se centró en torno a dos ideas que me gustaría compartir.
Primera idea: reindustrializar Europa. Ni Internet ni la globalización han convertido Europa en el departamento de I+D del mundo, ni en líder mundial en innovación. Ante ello, y dada la necesidad ineludible de mantener altas cotas de ocupación si se quiere mantener el modelo social europeo, la idea de reindustrializar Europa parece sensata, aunque implique nadar a contracorriente. Sin duda, las empresas que producen en Europa, son industrias con una alta densidad de conocimiento, con una enorme capacidad de innovar que consiguen productos y servicios basados en modelos de negocio diferenciales. La Comisión Europea plantea la necesidad de apoyar la producción industrial europea desde 2002 con un éxito más bien discreto. Un mal resultado no quita razón pero indica el nivel de dificultad. España necesita repensar su papel en esta hipotética reindustrialización de Europa, no se conseguirá cambiar de modelo económico sin esfuerzo, ni siendo los campeones del mundo en derechos pero unos gregarios rezagados en productividad. Hay algunas empresas que pueden marcar la pauta y servir de ejemplo de productividad, hay empresarios que no destacan por quejarse todo el día y mantienen modelos muy competitivos. Miremos el lado positivo.
Segunda idea: qué condiciones se requieren para desafiar la ortodoxia de producir en países de alto coste:
A) A nivel empresa: tener más capacidad de cambio (flexibilidad, orientación a cliente) que la media y un sólido sistema de liderazgo.
B) A nivel empresa: leer las oportunidades velozmente e innovar más que la media.
C) A nivel empresa y de país: gestionar el talento meritocráticamente creando un hub de gente talentosa que se compromete y se orienta a resultados.
D) A nivel de país: definir en un espacio dónde emerjan nuevas externalidades (además de las clásicas de infraestructuras de comunicación y de formación), nuevas externalidades como: cultura favorable a la empresa, administraciones ágiles, bloqueo corporativista de poca intensidad, sociedades de baja corrupción, meritocracia, seguridad física y jurídica.
E) A nivel de empresa: crear estructuras de oportunidad global, adoptando las soluciones de producción más idóneas en cada momento sin descartar producir en los países de alto coste (y alta productividad de calidad).
Seguro que no es posible producir de todo ni en todos los sectores en países de alto coste, pero hay empresas que lo consiguen y son un buen ejemplo de que, si no caemos en el bloqueo corporativista y morimos de un empacho de derechos, hay oportunidades de producción en las que el coste no es el único vector significativo.
Simplemente, hacer esta jornada, hacernos estas preguntas, me parecen una buena señal. Las respuestas las damos cada uno con nuestro ejemplo.
(la imagen es un detalle de una obra de Stoskopff)