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De la importancia profesional de saber escribir

25/10/2009

Algunos profesionales que acceden a altas responsabilidades dejan de escribir. Ya nunca se sienten en soledad a crear un texto que sirva de palanca para los objetivos corporativos. Para eso están los subalternos que hilvanan textos sobre ideas anunciadas muy esquemáticamente. Trabajar, para ellos, consiste en hablar, en escuchar un poco, en leer síntesis de documentos pero nunca consiste en escribir. Craso error.
Escribir es la mejor forma de conceptualizar, es la forma de expresar ideas, de ingeniar proyectos. Escribir es demostrar capacidad de crear, de expresar la complejidad, de plasmar la jerarquía de prioridad, algunas veces es una forma de compromiso.
Hay una diferencia muy notable entre los profesionales que saben escribir y aquellos que no escriben. Saber escribir no implica necesariamente tener ideas, pero la gente que tiene ideas normalmente las sabe escribir.
Escribir es no apalancarse. Desconfío de esos profesionales que alternan reuniones que preparan otros con sucesivos cafés dónde se suponen que gracias a sus habilidades relaciones lo resuelven todo. Confío más en aquellos profesionales que no pierden el hábito de escribir por muy arriba que estén.
Tener ideas, escribirlas y llevarlas a cabo es la gimnasia del talento.
(The best way to have a good idea is to have lots of ideas decía el gran científico Linus Pauling)
(La imagen, árboles de Rusñol)