Menu

ortodoxias y eufemismos sobre la reforma laboral

27/09/2009

1. Cuando va muy mal, el cambio puede ser una buena opción, o quizás la única opción. La ocupación (el desempleo) va muy mal en España pero parece que no podemos tocar nada. Las ortodoxias pesan demasiado.

2. Solamente se habla de la reforma laboral con eufemismos, en el que cada uno entiende una cosa distinta con el término flexibilidad.

3. Los que tienen trabajos temporales son los más vulnerables, a no ser que abracen otras opciones, cómo desarrollar el sentido emprendedor o esforzarse en sus competencias.

4. Los que tienen trabajos fijos con mucha antigüedad saben que están casi blindados, al margen de su aportación de valor. A partir de un momento, el problema parece ser de otros.

5. Los que trabajan en el sector público están superblindados, haya crisis o no haya crisis, las administraciones no despiden a nadie, cómo máximo dejan de contratar. Viven en un mundo de seguridad que a veces los distancia de aquellos a los que tienen que servir desde lo público.

6. El debate sobre la reforma laboral parece que se sitúe en un país que compita por mano de obra barata; por un lado hablamos de talento y nuevas bases productivas pero por otro parece que solamente haya grandes empresarios y proletariado fabril. No estamos ni el XIX ni el XX.

7. El sindicalismo se convierte en corporativismo cuando se sitúa fuera de contexto.

8. Una cosa es estar desempleado y otra parado. Hay desempleados parados que especulan con las ayudas y otros desempleados que se esfuerzan enormemente en encontrar trabajo. El esfuerzo es un valor cuando se trabaja y cuando no. La prioridad es ayudar al que se esfuerza (se forma, está dispuesto al cambio, se mueve).

9. Sería interesante abrir el mercado de intermediación laboral, seguramente el mismo Inem sería más eficiente.

10. Necesitamos líderes de gran calado para este tipo de reformas, entre los políticos, los dirigentes patronales o los sindicalistas, gente que no se arrugue, que dibuje otras visiones y que haga pedagogía de lo que significa estar en el mundo que nos toca vivir. Empeñarnos en vivir en un siglo equivocado no va a solucionar nuestros problemas.

(la imagen es de Santiago Rusiñol)