Esta semana tuve la oportunidad de presentar una ponencia en una Jornada organizada por el Ayuntamiento de Terrassa y la Diputación de Barcelona sobre las respuestas locales a una crisis global. Después de constatar el compromiso de los ayuntamientos con la lucha contra una crisis que les llena sus plazas de unas colas de desempleados que erizan la piel, recordé como muchos ayuntamientos se estrenaron en democracia luchando contra el paro asumiendo responsabilidades más allá de sus competencias estrictas.
Los servicios de promoción económica están desbordados en ciudades dónde el paro ya está en el 18% y reúne a una población muy diversa. El esfuerzo que muchos de sus profesionales hacen para ofrecer instrumentos a los parados es muy encomiable, más cuando los parados buscan comprensiblemente soluciones inmediatas y ellos lo que les pueden ofrecer son palancas, guías, ayudas a, un esfuerzo personal por mejorar y encontrar trabajo, que es insustituible. No es de extrañar que la política de atención a los desempleados se combine en los ayuntamientos como en ningún otro espacio administrativo con políticas transversales en bienestar social y convivencia.
En la ponencia centré mis propuestas en la aportación de los ayuntamientos a la generación de riqueza en sus municipios a través de favorecer el crecimiento, nacimiento o renacimiento empresarial.
El resumen (muy resumido) de las ideas expuestas es el siguiente:
Los servicios de promoción económica están desbordados en ciudades dónde el paro ya está en el 18% y reúne a una población muy diversa. El esfuerzo que muchos de sus profesionales hacen para ofrecer instrumentos a los parados es muy encomiable, más cuando los parados buscan comprensiblemente soluciones inmediatas y ellos lo que les pueden ofrecer son palancas, guías, ayudas a, un esfuerzo personal por mejorar y encontrar trabajo, que es insustituible. No es de extrañar que la política de atención a los desempleados se combine en los ayuntamientos como en ningún otro espacio administrativo con políticas transversales en bienestar social y convivencia.
En la ponencia centré mis propuestas en la aportación de los ayuntamientos a la generación de riqueza en sus municipios a través de favorecer el crecimiento, nacimiento o renacimiento empresarial.
El resumen (muy resumido) de las ideas expuestas es el siguiente:
1. Los ayuntamientos deberían conocer directamente a las empresas y establecer canales directos con aquellas que tienen más impacto en el PIB local. Esta relación sería más fluida si hubiera profesionales en las áreas de promoción económica que conocieran realmente el mundo de la empresa por experiencia propia. El desconocimiento mutuo continúa siendo enorme entre la empresa y la administración, no hay transferencia de profesionales o es muy escasa. Las empresas y ayuntamientos se imaginan demasiado unas a otros y se conocen poco. Algunos ayuntamientos han empezado una política de gestores de cuenta con sus principales empresas que es muy interesante.
2.Las políticas públicas deben focalizarse en aquellos aspectos que realmente pueden ser de utilidad para las empresas sin suplir aquello que por ADN debe ser propio de las empresas (propuesta de valor, mercados, clientes, estrategia, liderazgo, política de personas). Para tener impacto hay que conocer las empresas, no imaginarlas.
3.Los ayuntamientos deben ir más allá del esquema de las externalidades clásicas e imprescindibles (comunicaciones, espacios para la actividad económica, calidad de vida) y abrazar nuevas externalidades (orientación a talento, trato integral a las empresas, desburocratización radical).
4.Es altamente recomendable que entre los perfiles profesionales de las áreas de promoción económica haya gente que conozca bien la empresa y que tenga experiencia en lo que significa el riesgo, la acción comercial, la toma de decisiones de empresa. No es natural que en las plantillas de promoción económica no existan también estos perfiles. Cuando existe experiencia empresarial, se nota.
5.A la hora de abordar proyectos hay que focalizarse mucho más en el talento, en la valía de las personas que hacen los proyectos (públicos y privados). Dar un 20% de valor a las ideas, un 30% al proyecto y análisis de viabilidad y un 50% a los equipos es mejor que hacerlo al revés, deslumbrarse por las ideas con business plan anexado y olvidar que el equipo es fundamental. En la administración hay una cierta tendencia reglamentarista a considerar que quién hace las cosas no es determinante, y lo es. Hay que considerar seriamente a los equipos para alcanzar mejores resultados. El ejemplo de las incubadoras de empresas es significativo, juegan un buen rol social para promover microempresas o autoempleo pero no crean empresas grandes. Con las ideas no es suficiente. Quizás sería interesante focalizar más la atención en la selección de equipos.
6.Estamos ante una nueva generación de proyectos público – privados. La administración local no se limitará a poner espacios, deberá poner talento e impulsar proyectos empresariales más complejos y de mayor densidad de conocimiento, y para ello van a tener que fichar en muchos casos a otros perfiles profesionales. No se trata de que el ayuntamiento cree empresas propias si no que ayude a nacer o a crecer, con algo más que espacios, a empresas significativas en empleo, facturación y posicionamiento.
7.Pensar global y actuar local. De acuerdo. Pero pensar en grande.
8.Construir un relato propio basado en propuestas diferenciales. Un país en que cada municipio quiera tener universidad, parque tecnológico, centro tecnológico y vivero de empresas no es creíble. Cada ayuntamiento debe buscar cuales son propuestas claramente diferenciales y pensar que en nuestro mundo hay empresas muy buenas que no son Bio, Nano, Tic o Clean tech. El benchmarking de copiar y no de pensar nos hace mucho daño.
9.En la mayoría de ciudades el ayuntamiento es la primera empresa. Si el ayuntamiento predica a las otras empresas que innoven, que arriesguen, que gestionen bien el talento pero no se aplica para nada estas recetas, su discurso no tiene legitimidad. El ayuntamiento no es ni debe ser una empresa pero hay cuestiones de gestión organizacional que sirven para todas y entre ellas está la innovación, el sentido emprendedor y la gestión del talento. Hay mucho por hacer.
10.Hay que agradecer a los ayuntamientos el enorme compromiso que tienen en la lucha contra la crisis, especialmente en la gestión de las políticas de ocupación, pero hay que animarles también a buscar caminos más eficientes en el campo de la promoción económica para que los indicadores de impacto sean realmente positivos y no nos conformemos siempre en esgrimir los indicadores de gestión. Obtener resultados es improrrogable.
La imagen es de Bellotto.