Los territorios hacen inventario de sus externalidades positivas como un factor determinante de sus capacidades de promoción económica. A las externalidades tradicionales (vertebración de un tejido de servicios que fertilizan el desarrollo empresarial, las infraestructuras o las telecomunicaciones) propongo añadir una lista corta de externalidades positivas.
1. Administración ágil, que prioriza la simplicidad y hace de la desburocratización una palanca para atraer negocios y conferir mayor competitividad a los ya existentes.
2. Herramientas de networking, potenciar la proliferación de redes orientadas a proyectos, facilitar comunidades de innovación.
3. Cultura de prioridad talento, potenciar el valor de la meritocracia.
4. Reconocer socialmente a los que arriesgan, se esfuerzan y a los que aprenden del fracaso.
5. La seguridad. Es muy importante poder hacer empresa en entornos seguros. La seguridad se convertirá en una externalidad positiva determinante.
(la imagen es de Pannini)