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La diferenciación de los profesionales

30/05/2009

(A mis estimados alumnos de Máster del IDEC)

Si las empresas deben basar su competitividad en una buena tecnología y un buen modelo de negocio podríamos decir que a nivel profesional basamos nuestra competencia en la suma de nuestro conocimiento especializado y nuestras habilidades. Igual que las empresas se distinguen por sus marcas, también los profesionales en cierto modo defienden una marca personal que debe responder a atributos de diferenciación. ¿Cuáles podrían ser estos atributos de diferenciación, especialmente cuales son los que complementan nuestro conocimiento técnico de base? (detallo algunos atributos aparecido en la clase de Máster de Dirección de la Comunicación del IDEC)

1. La comunicación. La capacidad de expresar, de argumentar y sobretodo la capacidad de dar coherencia a lo que se dice y a lo que se hace. Comunicar no es hablar es transmitir, intercambiar conceptos desde la legitimidad y credibilidad.

2. La capacidad de motivarse y no desmotivar a los demás. Hay gente que siempre espera que la motivación le venga de los demás, hay otros que se distinguen por generarse palancas de automotivación y saber situarla en la perspectiva de su trayectoria. Lo que es muy importante es no desmotivar a los demás con nuestro quehacer y nuestra actitud.

3. Saber vender. Aunque uno no tenga funciones comerciales saber vender es siempre un componente diferencial. Vender no en sentido figurado, vender en sentido literal.

4. La capacidad de gestionar el tiempo. Nuestra eficiencia personal es la de nuestra agenda. Para destacar profesionalmente el tiempo debe cundir, trabajar mucho pero además hacerlo inteligente.

5. La capacidad de dirigir reuniones. Nos pasamos media vida reunidos, saber llevar una reunión, hacerla útil, amena, productiva es propio de profesional con alta capacidad de dirección. Las reuniones dispersas, soporíferas, sin resultados claros, no ayudan a la competencia profesional.

6. Disponer de relato. Los profesionales con relato saben sintetizar su trayectoria destacando los hitos de fondo y los recientes dando a entender los futuros. Cuando en los clásicos elevator pitch que uno despliega para explicar suscitament cómo va su vida profesional uno no se seduce a sí mismo con el relato quiere decir que es tiempo para cambiar.

7. Hay que saber combinar la visión de la propia vida profesional (la que culmina el sentido del relato) con el próximo paso para hacer posible la visión.

8. Disciplinarnos en desaprender para poder aprender.

9. Disponer de un sistema personal de información, de un radar personal que nos permita reforzar nuestra competencia. La dificultad está en definir un sistema de información que se introduzca en la agenda y que se procese en forma de preguntas que nos permitan repensar e innovar en lo qué hacemos y cómo lo hacemos.

10. Cuando se plantea un problema procurar estar del lado de la solución más que del propio problema. Que cuando piensen en nosotros piensen en términos de solución, en gente que se especializa en gestionar desde la solución. Aunque parezca mentira hay gente que solamente sabe verbalizar problemas.

(La imagen es de Salomón Koninck)