La innovación es un elemento del paisage. Ha sido asumido como una retórica necesaria. Todos hablan de innovación, es una moda, forma parte de todos los planes estratégicos que se precian, pero una cosa es hablar y otra aplicar la innovación, y todavía más introducir la innovación en el ADN de la organización. Si en una organización la innovación es responsabilidad de un responsable del departamento de I+D+i y se espera de él que aporte buenasnuevas como si de un mago más o menos sistemático se tratara, la innovación tiene poco recorrido. Si la innovación entra en el ADN es un reto de verdad compartido por todos y se sistematiza. Lo importante no es tener proyectos de innovación, sino una sistemática de innovación que nos garantiza un pipeline permenente de proyectos.
Pasar de la retórica a la agenda y de la agenda al ADN, este es un buen camino para muchas empresas que serán más o menos competitivas en función de cómo de eficiente, seria y sistemática sea su innovación.
(es un detalle de BASCHENIS, Evaristo)