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Ayudar a las empresas que van bien (también)

06/02/2009

Nadie queda exento de la crisis pero hay empresas que la sobrellevan sin demasiado drama, simplemente ganan algo menos, les cuesta más cobrar y tienen tensiones de tesorería .Hay otras, que incluso van bien y que siguen en la tendencia positiva que presentaban. Casi ninguna de estas empresas es capaz de explicarlo públicamente porqué, con la que está cayendo, afirmar positivamente que se gana dinero puede sonar a agresión. Pero esta es también otra parte de la realidad, la otra cara de la luna que esconde la baja vulnerabilidad ante la crisis.
Algunas de estas empresas tienen ahora una gran oportunidad, reforzar la penetración en mercados, sustituir a otras empresas menos musculadas que no pueden arriesgar lo que arriesgaban, ocupar la posición de los que frenan por miedo, innovar en un momento en que otros dejan de hacerlo. Las empresas que van bien pueden estar ante una gran oportunidad y hay que ayudarlas a crecer.
Las empresas que hoy van bien deben ser las tractoras del mañana, las que vuelvan a generar empleo y eso tan manido del “valor añadido”. Obviamente lo harán con algunas de las que lo pasan peor ahora y que van a salir de esa situación crítica en el momento que sus mercados den señales de mayor vida.
Estas empresas que resisten la crisis necesitan apoyo y convicción para poder adquirir dimensiones óptimas y mejorar su posición y deben recibir ayudas públicas para innovar y para internacionalizar. Por ese motivo es crucial que los fondos para innovación y internacionalización no se vean constreñidos por la crisis porqué no podemos invertir todo en cataplasmas hay que continuar invirtiendo también en futuro.
Creo que hay que combinar ayudas serias a los clúster más afectados por la crisis y en los que se aprecie una razonable viabilidad a medio plazo y continuar invirtiendo en potenciar aquellas empresas que nos deben sacar de la crisis. Esta actitud de que la tormenta ya pasará y de que todo será como antes es simplemente no entender nada. Pero no recortar estas ayudas para empresas sólidas y crear nuevas ayudas para empresas en crisis implica mucho liderazgo. Sin un liderazgo sólido nadie se atreve a recortar de otros sitios y no hay dinero para todo. La prioridad en este momento debe ser mantener la cohesión social, atendiendo a las empresas dañadas por la crisis y a los desocupados y pensar en la salida de la crisis y ayudar a los tractores de después de la crisis. La segunda prioridad es tener tractores que nos saquen de la crisis.
Es momento de grandeza, y si no hay grandeza, que haya seriedad. No es fácil estar al frente de gobiernos y ser serio, ni populista ni ocurrente, serio. Hay que tener mucho liderazgo para explicar y ejecutar políticas públicas de recorte y redistribución de partidas presupuestarias. Hay que tener liderazgo para explicar y convencer de que hoy, en medio de la crisis, hay también que ayudar a las empresas con posibilidades a alcanzar liderazgo. Necesitaremos empresas líderes para salir de la crisis y nuestros líderes lo deberían entender.
(La imagen es de Ghirlandaio).