25/01/2009
1. No pueden sustituir la capacidad de repensar y innovar modelos de negocio, no pueden sustituir la captación y fidelización de clientes, elementos esenciales del funcionamiento de las empresas.
2. No pueden sustituir el liderazgo, el proceso de toma de decisiones o el esfuerzo o la capacidad de resilencia.
3. No pueden inocular conocimiento ni talento, no pueden combatir fácilmente la mediocridad.
4. No pueden eliminar el riesgo como factor diferencial del hecho empresarial, pero pueden evitar penalizar la cultura del riesgo.
5. Pueden ayudar aplicando una política de administraciones fáciles para las empresas, es decir que con sus requerimientos burocráticos innecesarios no dificulten ni retrasen la toma de decisiones de las empresas. Desburocratizar las administraciones es un imperativo pero las resistencias corporativas van a ser muchas puesto que la gestión del cambio no es menor para conseguir una desburocratización real. Aplicarse el cuento nunca es fácil y en innovación, menos.
6. Pueden poner personas de interlocución con las empresas que conozcan por experiencia la lógica empresarial, no que deban imaginar lo que es vender, producir, o la importancia de cobrar. Qué gran diferencia cuando la administración dispone de gente de talento y la pone a acompañar – servir – exigir a las empresas!!!!!
7. Pueden y deben presionar más para que la liquidez llegue a las empresas que presenten proyectos y trayectorias solventes. Que los bancos se salven es importante pero que solamente se salven ellos no es justo.
8. Pueden y deben poner más recursos para que las empresas tengan apoyos para sus procesos de innovación e internacionalización. Si hay algo incomprensible es que las agencias que impulsan la innovación y la internacionalización tengan recortes presupuestarios precisamente en este momento.
9. Pueden reflexionar sobre los bajísimos resultados en términos de ocupación de la mayoría de empresas incubadas y decidir de una vez que hay que apostar por el crecimiento de las empresas como una prioridad.
10. Pueden impulsar políticas Keynesianas densas en conocimiento, impulsar solamente los proyectos basados en obra pública se contradice con todos sus discursos sobre que debemos ser una economía de valor añadido. Keynesianismo sí, pero de valor añadido también.
2. No pueden sustituir el liderazgo, el proceso de toma de decisiones o el esfuerzo o la capacidad de resilencia.
3. No pueden inocular conocimiento ni talento, no pueden combatir fácilmente la mediocridad.
4. No pueden eliminar el riesgo como factor diferencial del hecho empresarial, pero pueden evitar penalizar la cultura del riesgo.
5. Pueden ayudar aplicando una política de administraciones fáciles para las empresas, es decir que con sus requerimientos burocráticos innecesarios no dificulten ni retrasen la toma de decisiones de las empresas. Desburocratizar las administraciones es un imperativo pero las resistencias corporativas van a ser muchas puesto que la gestión del cambio no es menor para conseguir una desburocratización real. Aplicarse el cuento nunca es fácil y en innovación, menos.
6. Pueden poner personas de interlocución con las empresas que conozcan por experiencia la lógica empresarial, no que deban imaginar lo que es vender, producir, o la importancia de cobrar. Qué gran diferencia cuando la administración dispone de gente de talento y la pone a acompañar – servir – exigir a las empresas!!!!!
7. Pueden y deben presionar más para que la liquidez llegue a las empresas que presenten proyectos y trayectorias solventes. Que los bancos se salven es importante pero que solamente se salven ellos no es justo.
8. Pueden y deben poner más recursos para que las empresas tengan apoyos para sus procesos de innovación e internacionalización. Si hay algo incomprensible es que las agencias que impulsan la innovación y la internacionalización tengan recortes presupuestarios precisamente en este momento.
9. Pueden reflexionar sobre los bajísimos resultados en términos de ocupación de la mayoría de empresas incubadas y decidir de una vez que hay que apostar por el crecimiento de las empresas como una prioridad.
10. Pueden impulsar políticas Keynesianas densas en conocimiento, impulsar solamente los proyectos basados en obra pública se contradice con todos sus discursos sobre que debemos ser una economía de valor añadido. Keynesianismo sí, pero de valor añadido también.
Además deben hacer sus políticas de siempre a favor de generar externalidades directas (infraestructuras, espacio físico) e indirectas (seguridad física y jurídica, calidad de entorno).
Acompaña el texto la alegoría de los «effetti del buon governo» de Lorenzetti.