Todavía pasaremos bastantes días en los que 1000 nuevas personas se añadirán a las listas del paro, la crisis nos depara y deparará números de vértigo, en lo macro y en lo micro. Pero saldremos de esta cómo hemos salido de otras crisis. Lo que sería importante es no salir mal posicionados, es decir, dirigir los esfuerzos que la crisis comporta hacia evitar ser desplazados de ejes estratégicos, evitar que el corporativismo crezca hasta lo insoportable y que leamos mejor nuestras posibilidades en el mundo mejor que antes de la crisis. Quisiera compartir con vosotros algunas cosas que podríamos aprender:
1. Aprender a distinguir entre hacer empresa y hacer dinero. Potenciar el hacer empresa y vigilar el hacer dinero. Distinguir entre empresas estratégicas y tinglados de especulación. Acordarnos de las empresas que ahora se comprometen y sacrifican y aquellas, que pese haber recibido grandes ayudas públicas, no se comprometen.
2. Aprender que no es suficiente que los sindicatos mayoritarios sean mayoritariamente comedidos, que entiendan el imperativo de la flexibilidad en sectores como el automóvil, para verles liderar la lucha contra el absentismo (que en sectores como el de automoción según Pedro Nueno llega al 10%). Aprender que trabajar seriamente es la base de la competitividad. Reenvidicar el esfuerzo como ética social.
3. Aprender a introducir indicadors de impacto en las políticas públicas, imprescinidbles en momento como este.
4. Aprender a introducir polítcas de talento y meritocracia en las administraciones públicas en vez de llevar a límites injustificables los privilegios de la función pública.
5. Aprender que si la banca es esencial para el sistema y se la puede ayudar como no se hace a las otras empresas cuando van mal dadas, debe estar sujeta a criterios de sistema y debe incrementar extraordinameriamente su compromiso social y corporativo.
En esta crisis hay mucho que aprender y sobretodo mucho que aportar. Es el momento del esfuerzo, de la seriedad, y de estar atentos para aprender.