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Ante el recorte presupuestario, agazaparse o innovar

21/10/2008

La innovación no es un antídoto a la crisis pero es una de las salidas de la crisis, hablando siempre en términos concretos, empresa por empresa, porque cada empresa es un mundo. Para algunas, habrá alteraciones en los mercados (lo que serán bajas para unos serán oportunidades para otros), modificaciones en los modelos de negocio (por ejemplo por una mayor necesidad de circulante) o requerimientos de eficiencia que forzarán procesos de reingeniería. Además continuará la búsqueda permanente de océanos azules dónde marcar por un tiempo – ni que sea corto – las reglas del mercado ante una competencia desorientada por la novedad. En las empresas la innovación cada vez será menos una opción estratégica para pasar a ser la opción.
Y en la administración pública debería pasar lo mismo, habrá que afrontar necesidades crecientes con presupuestos menguantes, con una rigidez de estructuras propia de tiempos pasados. Pues tampoco hay muchas más opciones que introducir la cultura de la innovación y pensar en generar procesos de mayor valor, más eficientes, con menos recursos. ¿Fácil? Para nada. ¿Imposible? Para nada. Solamente se necesita una mente abierta para empezar y compromiso, lo que reconozco que no es poco.
Lo que están haciendo algunas administraciones de frenar el gasto brutalmente es una barbaridad en términos económicos, lo que deben hacer es incrementarlo, eso sí, aprovechando la crisis para eliminar ineficiencias y marcar las prioridades de una nueva agenda. Para reducir ineficiencias y marcar la nueva agenda, la innovación les iría bien.